Voto femenino
Los grandes patriarcas a lo largo de la historia utilizaron siempre a la mujer en su propio beneficio.Primero, con la industrialización, la mano de obra femenina representa un gran ahorro; además, es barata, sumisa y no reclama más que un hombre que las saque de trabajar para luego tener que trabajar en dos lugares.
Ahora, con la campaña electoral, todos los partidos tienen en cuenta al electorado femenino. Todos ellos prometen liberar a la mujer (no especifican de quién). Pero la mujer, a pesar de haber obtenido el derecho al voto, hace bien pocos años, no juega un gran papel. Las libertades civiles son todavía abstractas y no sirven de nada si no se tiene una autonomía económica; además, casi las tres cuartas partes de los parados son mujeres, que ni siquiera se tienen en cuenta en las estadísticas.
Pero, incluso para las que trabajamos, el trabajo no constituye la liberación, sino más bien todo lo contrario, un vasallaje sin ninguna promoción ni participación.
Por eso, al oír a la mayoría de los partidos tan oportunistas aprovechándose de la mujer y del trabajador, prometiendo un reino de libertad, una piensa que lo útil es «passar» del montaje.
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