Las aves acuáticas, objetivo de los cazadores de esta época

La caza menor inició su veda el 5 de febrero, y la mayor, el 19 del mismo mes. Las posibilidades de caza se cifran, pues, en las aves acuáticas, ya que la becada, palomas y otras especies menores -urraca, estornino, tordo, zorzal, etcétera-, así como la perdiz con reclamo, están bajo unas limitaciones que hacen que no sea popular su caza. La especie que se desveda el día 25 es la avutarda, pero su relativa escasez en la Península no la convierte en blanco de los cazadores. Su zona de máxima población se centra en los llanos de Castilla.Las aves acuáticas constituyen en la actualidad el único motivo por el que el cazador aún no ha enfundado su escopeta. Es por esto conveniente realizar algunas observaciones sobre la legalidad de su caza, ya que no en todos los lugares puede dispararse sobre ellas hasta el 5 de marzo, día que entrarán en una veda sin excepciones.

El pato, que es la especie más representativa de las acuáticas, puede cazarse desde orilla o desde embarcación. Si se lo busca a pie, es decir, andando por las orillas de las masas acuáticas, conviene aclarar que en las aguas, por el hecho de ser públicas, no se permite cazar alegremente, aunque sean cotos. Cuando éstos comprendan también las riberas, se precisa autorización del Icona, que se concede sólo a los titulares de aquéllos.

En este período de prórroga la caza de acuáticas queda restringida, además, a las lagunas, embalses, albuferas, terrenos pantanosos y zonas marítimo-terrestres. En los ríos y arroyos no se permite cazar, ya que es en estos lugares donde se forman las parejas y nidifican, con lo que matar estas aves ahí supondría un grave quebranto, pues se pondría en serio peligro su reproducción.

Si la práctica cinegética se hace desde embarcación hay que tener presente que no se admite en ésta el empleo de motor. Esta medida se adoptó porque entrar en un bando a gran velocidad suponía no dar ninguna defensa ni descanso a los animales. Sí se permite el motor para trasladarse por el agua, pero siempre habrá que llevar entonces el arma enfundada.

Por lo que respecta a la especie que comienza ahora su época de caza, la avutarda, hay que señalar que podrá cazarse desde el 25 de este mes al 1 de abril. Es un ave zancuda de gran envergadura -unos ochenta centímetros de longítud-. Su vuelo es corto y pesado, pero su caza es extremadamente difícil por su prodigiosa vista; en cuanto advierte al cazador, lo que no es difícil, al estar siempre en zonas llanas, emprende la huida. En el coto social de Los Oteros en León, se permite su caza en batidas.

Por lo que respecta a la caza mayor, ya no hay posibilidad de practicarla. El día 19 comenzó la veda para ciervo, gamo, jabalí y lobo. Y precisamente el último día hábil de caza ocurrió un accidente mortal más en lo que va de la temporada. La Asociación de Estudios y Protección de la Naturaleza ya manifestó su protesta hace meses, cuando iban ya cinco muertos, por los accidentes debidos a la práctica irresponsable que «atenta contra el derecho de los ciudadanos al disfrute de los espacios naturales en condiciones de mínima seguridad». Por estas razones, esta asociación ecologista exigía la revisión de la ley de caza, «ley que no con templa la figura del examen del cazador para obtener la licencia».