Problemas de fechas en la visita del Papa a Polonia
Una delegación de obispos polacos, presidida por monseñor Macharski, arzobispo de Cracovia, y por monseñor Dabrowski, secretario de la Conferencia Episcopal, llegó ayer a Roma, procedente de Varsovia. Esta delegación, que será recibida por Juan Pablo II, discutirá, al parecer, en el Vaticano las dificultades relativas al próximo viaje del Pontífice a su tierra natal.
Al Gobierno comunista polaco más que el viaje en sí mismo lo que le preocupa es la fecha que ha escogido el Papa para su viaje, es decir la fiesta de San Estanislao.
La Iglesia polaca considera a San Estanislao como un héroe nacional que tuvo el coraje de oponerse al emperador y que fue martirizado por su resistencia a, un poder que considera injusto. El Gobierno polaco piensa, por su parte, que Estanislao fue simplemente un personaje «intrigante» que creó graves problemas a las autoridades constituidas.
Las autoridades polacas preferirían que el papa Wojtyla visitara su patria con motivo de alguna festividad mariana. De hecho, el nuevo Pontífice ha tenido ya problemas con el caso de San Estanislao, ya que unas palabras suyas que interpretaban la figura heroica de este santo no recibieron el permiso de la autoridad del Gobierno para su publicación en. una revista.
Por su parte, el. Papa ha permitido la publicación en italiano de su obra de teatro «La tienda del joyero».
Todo lo que la editorial ganará con la publicación de esta obra y otras obras de Wojtyla en italiano será entregado por voluntad del Papa al «fondo para la ayuda de los países pobres».
Procesos en Italia
Ayer se inició en Turín otro nuevo proceso contra el terrorismo, que tendrá características muy parecidas al pasado juicio contra las Brigadas Rojas de Renato Curcio. Esta vez se sientan en el banquillo quince acusados de pertenecer a la organización Primera Línea, aunque ellos insisten en que pertenecen a las Escuadras Armadas para la Liberación Comunista.Los quince encausados son acusados de más de veinte delitos, entre ellos el de constitución de banda armada y de actos terroristas realizados entre 1976 y 1977.
Por otro lado, están pendientes de sentencia otros dos procesos sonados. Mientras los jueces encargados de dictar sentencia definitiva sobre el «escándalo Lockheed» están reunidos desde hace días sin lograr ponerse de acuerdo, en Cattanzaro los jueces empezaron ayer a discutir a puerta cerrada la sentencia definitiva del que ha sido considerado el «proceso del siglo»: las bombas que hace nueve años hicieron explosión en Piazza Fontana, de Milán, en el Banco de la Agricultura, aún no tienen un responsable para la Justicia.
Se trata de un proceso que ha durado veinticinco meses, que ha sido abierto cinco veces, que ha costado 268 audiencias y que termina con los fascistas Franco Freda y Giovanni Ventura, dos de los principales acusados y para quienes se ha pedido cadena perpetua, «huidos» misteriosamente de su domicilio vigilado. Ha sido un proceso ante el que han tenido que testimoniar personajes eminentes de la vida italiana: desde el actual presidente del Consejo de Ministros, Giulio Andreotti, a los ex ministros Rumor y Taviani.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.