El Santander abandona su participación en el Banco Hispano-Saudita

El Banco de Santander aparece estos días como protagonista en el mundo bancario de una serie de posiciones que han causado gran revuelo. Los hechos se refieren en concreto a las posturas adoptadas por el banco de los señores Botín en la creación del Banco Saudita Español (Saudesbank) y en el desarrollo de la Corporación Bancaria, entidad creada hace un año con objeto de tratar de reflotar los bancos en crisis.

Con respecto al Saudesbank, y después de los incidentes producidos el día de la firma de su constitución (véase EL PAÍS del 16 de febrero) y de la solicitud formal para su creación realizada en el Banco de España, el Santander ha decidido retirarse definitivamente del proyecto. Este banco mixto es resultado de conversaciones al más alto nivel mantenidas por autoridades de los dos países que han durado año y medio. Es fruto, básicamente, de los contactos mantenidos entre los jefes de Estado de ambos países, desarrollados después a nivel de responsables de los bancos centrales, con entrada de entidades privadas posteriormente. El Banco de Santander actuó como líder, en alguna medida, del grupo privado español, en el que estaban presentes los bancos de Vizcaya, Banesto, Internacional de Comercio y Zaragozano. Desavenencias sobre el nombramiento del presidente de la nueva entidad han desembocado en la salida del Santander del proyecto. La participación del banco montañés -13,3%- se repartirá, probablemente, entre los demás socios españoles, ya que no parece oportuno dar entrada a otra entidad española. El reparto de participaciones quedaría entonces de la siguiente forma: Vizcaya, 15% (probablemente el director general de la nueva entidad saldría de este banco); Banesto, 15 %; Instituto Nacional de Industria, 10%; Internacional de Comercio, 5%, y Zaragozano, 5%. Cada 5% daría plaza para un consejero. Este reparto aún no está decidido, y de cualquier forma será consultado con los socios sauditas. Un representante de los bancos de este país ocupará la presidencia de la entidad, y un español, la dirección general. Se espera que la autorización española se conceda en breve y el banco pueda operar antes del verano.La salida del Santander de la operación no entraña ningún problema de tipo jurídico, ya que únicamente se ha suscrito un acuerdo privado y la solicitud de autorización para crear el banco presentada ante las autoridades españolas.

El Saudesbank constituye, según todos los expertos, el resultado más importante de la colaboración hispano-saudita, y se espera que proporcione las bases para multiplicar los intercambios entre ambos países. Arabia Saudita es en estos momentos el primer acreedor de España en las relaciones comerciales, ya que nuestras fuertes compras de petróleo en ese país -unos 1.700 millones de dólares por año- tienen una reducida compensación en cuanto a exportaciones españolas.

Las acciones de la Corporación

Con respecto a la Corporación Bancaria, el Banco de Santander también ha protagonizado una actitud singular. Desde la creación de esta entidad, así como del fondo de garantía de depósitos, el Santander trató de mantenerse al margen. En el primer caso, por considerar improcedente la creación de un hospital de bancos, y en el segundo, por creer que únicamente se podría crear el fondo si se establecía carácter selectivo para los socios.A regañadientes, y después de una entrevista con altos cargos del Gobierno, el Santander entró en la Corporación. Hace unas semanas anunció su deseo de vender las acciones de la Corporación que le correspondieron en su día -unas seiscientas, de 25.000 pesetas de nominal- a su banco filial, Comercial Español, a razón de una perra gorda (0,10 pesetas) por acción. Posteriormente modificó esta propuesta por otra que suponía vender esas acciones a su valor nominal a los socios de la Corporación -prácticamente la totalidad de los bancos privados- que las quisieran. Finalmente, el Santander ha retirado estas ofertas y ha aceptado seguir con las acciones en su cartera.