De la "amistad eterna" a la guerra
Las declaraciones de amistad eterna entre chinos y vietnamitas, que se proclamaban unidos tan inseparablemente «como los labios y los dientes», sirvieron para la guerra, pero no para la paz. Las primeras dificultades serias entre ambos países surgieron tras la caída de Saigón (abril de 1975) y la reunificación oficial del país al año siguiente. Pekín aceptó de mal grado que el nuevo régimen confiscase los comercios de los chinos residentes en Vietnam. Se iniciaba así un éxodo que se ha cifrado en más de 100.000 personas, muchas de las cuales se vieron hostigadas en su huida hacia China. Las autoridades de Pekín incluso fletaron el pasado año varios barcos, sin la autorización del Gobierno vietnamita, para repatriar a los fugitivos.Un litigio territorial sobre las islas Paracelso, ocupadas por la República Popular de China en enero de 1974, en plena guerra de Vietnam, vino a enfriar aún más las relaciones entre ambos países. La posible existencia de yacimientos petrolíferos en estos islotes inhabitables está en el origen de este contencioso.
A lo largo de la primavera del pasado año, el éxodo de los chinos residentes en Vietnam provocaría un enfrentamiento diplomático cada vez más grave, hasta el punto de que el 20 de junio eran cerrados todos los consulados vietnamitas en China.
El 29 de junio Vietnam rompía amarras definitivamente con su poderoso vecino, al anunciar su ingreso en el Comecon, con lo que entraba oficialmente en la órbita de Moscú. La respuesta china no se hizo esperar. El 4 de julio suspendía toda ayuda económica a Vietnam, al mismo tiempo que daba orden a sus técnicos de regresar al país. Según palabras de Deng Xiaoping, China había prestado a los vietnamitas, a lo largo de los veinte años precedentes, ayudas valoradas en más de un billón de pesetas.
El mismo día 4 de julio, la prensa occidental recogía la noticia de que soldados fronterizos de Vietnam habían abierto fuego contra campesinos chinos. La guerra latente entre Vietnam y Camboya, apoyada esta última por China, empezaba a tener reflejos episódicos en la frontera chino-vietnamita.
No obstante, en agosto del pasado año, los dos Gobiernos deciden sentarse a la mesa de negociaciones para resolver sus disputas. A finales de ese mismo mes se recrudecían los incidentes fronterizos y China acusaba a Vietnam de invadir su territorio por medio de dos centenares de soldados que dieron muerte a varios chinos. Pekín decidió interrumpir temporalmente las negociaciones, en tanto que Hanoi le acusaba de pretender dominar el mundo.
A lo largo del último trimestre del año se repitieron los incidentes fronterizos. La caída del régimen de Pol Pot en Camboya, a comienzos de enero, marcó un momento de máxima tensión en la frontera, hasta el punto de que el Departamento de Estado norteamericano no descartaba, a finales del pasado mes, que China llevase a cabo una operación de castigo contra Vietnam. Estos temores se vieron confirmados el 7 de febrero, al manifestar Deng Xiaoping, en Tokio, que Vietnam debía ser castigada por su invasión de Camboya.
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