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Parece inmediata la desconvocatoria de huelga de celo de los pilotos de Iberia

Representantes de los pilotos de Iberia mantuvieron hasta primera hora de la mañana de hoy negociaciones con la dirección de la compañía con objeto de establecer acuerdos de principio para resolver sus diferencias. A la hora de cerrar esta edición -tres de la mañana- no se habla llegado a un acuerdo claro y los pilotos no habían desconvocado la huelga de celo.

En las negociaciones que mantuvieron los pilotos a última hora de la noche con el presidente de Iberia, posteriormente a una reunión celebrada con el presidente del INI, hubo acuerdo a la hora de suscribir un documento con una serie de compromisos que, en síntesis, eran: constitución de comisiones paritarias de la compañía y de pilotos ayudantes mecánicos y telegrafistas para establecer sus condiciones laborales, sociales y económicas. Regulación de las mismas a través de anexos al convenio de vuelo y de los contratos que unen a estos trabajadores con la compañía. Comienzo de las negociaciones el próximo día 20 y plazo máximo para ultimarlas, fijado para el 17 de marzo. El punto de discrepancia se centró en lo que los pilotos consideran punto innegociable, consistente en la rebaja de los módulos de primas fijados ahora en 76 horas de vuelo al mes y que los pilotos pretenden bajar a cincuenta. La dirección de Iberia consideró este tema como de posterior negociación, sobre todo a la vista de que era preciso cuantificar su coste, que, según medios próximos a la empresa, puede alcanzar aumentos salariales del 30%. La discrepancia en este punto imposibilitó la firma del acuerdo de principios y con ello la desconvocatoria inmediata.A medianoche se levantaron las conversaciones entre las dos partes, aunque posteriormente volvieron a negociar con planteamientos ligeramente matizados. El desarrollo de este conflicto ha sido un tanto irregular e imprevisible. Los pilotos y demás personal técnico de vuelo -unos 2.000 de los 23.000 trabajadores de las compañía- concentraron su malestar en los últimos días en torno a la necesidad de establecer negociaciones específicas con la compañía al margen del convenio del personal de vuelo no técnico.

La compañía pidió un informe al Ministerio de Trabajo sobre la posibilidad de establecer negociaciones específicas con este colectivo al margen del convenio. Este informe emitido hace un par de días fue favorable a esa postura.

Durante toda la jornada de «trabajo a reglamento», los pilotos de Iberia colapsaron los aeropuertos españoles, y en especial el de Barajas, donde la situación alcanzó momentos de gravedad. A última hora, el retraso medio en los vuelos superaba las cuatro horas (mayor que el jueves), las cancelaciones fueron abundantes y la irritación del público fue también en notable y progresivo aumento. En sólo un mes, los aeropuertos del país han sufrido dos huelgas de celo (de controladores y de pilotos), una huelga de meteorólogos, y ahora, aunque todavía no está oficialmente convocada, se cierne también para el día 20 otra huelga del personal de Aviación Civil.

El «Alfa 3»

El Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas convocó ayer tarde una rueda de prensa para explicar su postura de huelga de celo y los puntos concretos del plan «Alfa 3», consistente en extremar al máximo las medidas internacionales de seguridad, actitud que relentiza ostensiblemente todas las operaciones, con el consiguiente retraso en los vuelos.El plan «Alfa 3» es un documento confidencial que los pilotos elaboraron el verano pasado y que consta de doce puntos: 1) comprobar que toda la tripulación ha disfrutado de los descansos reglamentarios; 2) no hacerse cargo del avión y, por tanto, no iniciar los chequeos correspondientes hasta que material entregue debidamente cumplimentada la documentación de a bordo; 3) anotar en el parte de averías todas las irregularidades encontradas y esperar la debida contestación; 4) autorizar el embarque cuando esté todo correcto por parte de material, mayordomía, limpieza, catering, etcétera; 5) pedir turbinas cuando estén todas las puertas y bodegas cerradas; 6) rodar extremando las precauciones; 7) no aceptar condiciones de vuelo visuales y efectuar siempre aproximaciones instrumentales; 8) caso de fallo de APU (tipo de energía interior) no conectar motores hasta tener conectada energía eléctrica externa; 9) cuando el avión tenga averías «pendientes» anotarlas en el parte de cada escala; 10) no permitir en las llegadas la entrada a bordo de ninguna persona hasta que la tripulación abandone el avión, o se hayan finalizado las correspondientes comprobaciones; 11) siempre que una tripulación abandone un avión (escalas largas, comidas, aduana, final de servicio, etcétera) deberá proceder a la entrega del mismo. Para hacerse cargo nuevamente se efectuará la recepción completa; 12) cumplir rigurosamente con las actividades y descansos reglamentarios.

El presidente del SEPLA, Alvaro Fernández Corujedo, reconoció en la rueda de prensa que el origen de todo el conflicto era, en efecto, que este año se negocie un único convenio para todo el personal de vuelo de la compañía, y argumentó que esto no se hace en ninguna de las compañías aéreas más importantes del mundo. «Puesto que nuestra labor es específica -dijo-, es justo que negociemos con la empresa unas condiciones diferentes. Con esta huelga, en ningún momento hemos pretendido hacer una demostración de fuerza de nuestro sindicato, y puesto que hemos respetado al máximo las reivindicaciones de otros colectivos no entiendo por qué no respetan la nuestra.»

Condiciones técnicas deficientes

Los representantes de SEPLA aseguraron que vienen denunciando desde hace cinco años, ante la opinión pública y la propia compañía, las deficientes condiciones en que han de realizar su labor. «Operamos habitualmente en muchos aeropuertos que no están técnicamente preparados, y si nos ajustáramos con escrúpulo a las normas internacionales sólo podríamos hacerlo en seis aeropuertos del país.» A la vista de unas estadísticas de IATA correspondientes a 1976, el presidente de SEPLA aseguró que los pilotos de Ibería están «supersaturados» de trabajo en comparación con los de otras compañías. Un piloto español vuela 682 horas al año, cuando, por ejemplo, los de Swissair vuelan 386, y los de British Airways hacen 262. En Iberia había durante ese período 8,1 pilotos por avión, mientras en las citadas compañías eran, respectivamente, 17 y 18,7 por avión. La compañía Iberia propuso a los pilotos un plan de readaptación progresiva de cinco años de duración, que los pilotos aceptaron siempre y cuando pudieran negociar directamente con la empresa todos aquellos apartados que exceden de las normas aconsejadas por la IATA.

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