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Davignon defiende la continuidad de su plan siderúrgico para la CEE

El responsable de la política siderúrgica de la Comunidad Económica Europea (CEE) y miembro de la comisión, Davignon, rechaza en unas declaraciones al boletín Europe que «ningún Estado miembro se vea desfavorecido en la aplicación de los programas reductores de la producción». Las producciones máximas fijadas para cada una de las siderurgias de los nueve son prácticamente similares a las registradas en 1974, con la excepción de Italia, donde se ha fijado un pequeño correctivo para compensar la baja de producción registrada en aquel año, como consecuencia del dilatado período de huelgas que afectó a la industria italiana.El comisario Davignon asegura que la aplicación del plan puede considerarse hasta el momento satisfactoria. Los compromisos con los países terceros -exportadores a la CEE- funcionan perfectamente, habiendo reducido las importaciones de los nueve en un 12,5% durante 1978; este índice es superior al que define el descenso de las exportaciones comunitarias, lo que unido a la consolidación de los precios exteriores ha contribuido a estabilizar el mercado.

En otro momento de sus manifestaciones, Davignon insiste en que el plan elaborado no es en modo alguno excesivamente restrictivo, ya que prevé una utilización de sólo el 80% de la capacidad instalada, dejando un 20% adicional de margen para el hipotético caso de que se produzca una reactivación en la demanda.

Cara al futuro, el comisario comunitario destaca cuatro puntos de importancia sobre los que entiende prioritario actuar. El primero de estos puntos es potenciar la cooperación entre los distintos productores para determinar gamas complementarias de productos siderúrgicos. Un segundo punto es la continuidad en el diálogo con los sindicatos sectoriales y la puesta en marcha de los programas de actuación en materia social. El tercer punto aparece estrechamente conectado con el anterior, ya que se refiere a la necesidad de desarroIlar programas de creación de puestos de trabajo alternativos en aquellos países y zonas en los que se han producido amplias reestructuraciones de las industrias siderúrgicas. Finalmente, Davignon considera necesario que se mantenga la regulación a nivel general de las ayudas otorgadas a la industria por cada uno de los Gobiernos nacionales.

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