_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Apuntes para una alternativa

Secretario generalde Falange Española de las JONS (auténtica)

¿De qué nos serviría definir el amor si no lo experimentáramos? Esto se preguntaba en cierta ocasión don Miguel de Unamuno. Y su pregunta tenía resonancias de contestación definitiva, casi de manifiesto existencial.

Nuestra época, la del racionalismo, es la época de las definiciones arquetípicas, de las gigantescas construcciones ideológicas. Soberbiamente elaborada para convencer explicándolo todo, diseccionan cada tema hasta dejarlo vacío de misterio, de claroscuros inquietantes, reducido a un frío armazón esquelético de silogismos perfectamente comprensibles, pero carentes de atractivos ajenos a todo lo que signifique belleza, incapaces, en suma, de entusiasmar.

Más información
Dimisiones en los "Círculos José Antonio" de Valladolid
«La izquierda tradicional
ORT: ¿izquierda decidida y responsable?

La política no ha escapado al proceso general. La corriente deshumanizadora la ha arrastrado, reduciéndola a un mero economicismo, como mucho, envuelto en un ropaje ideológico justificativo. Las motivaciones capaces de arrastrar a los hombres a la lucha política también se han reducido en el mismo sentido: por un lado, a reivindicar el bienestar entendido en términos económicos, y por otro, a conservar en la mayor medida posible el control del poder político poseído como consecuencia de poseer también el económico.

No es de extrañar que en las sociedades desarrolladas de tipo occidental los conflictos sociales hayan perdido gran parte de su virulencia. Ante la disyuntiva entre la seguridad garantizada por una eficaz administración económica y la problemática libertad que traería aparejada la consecución de un tipo de sociedad alternativa, los hombres de nuestra civilización han optado abrumadoramente por la primera postura, renunciando a las posibilidades difíciles, pero sugestivas, que ofrecía la segunda, y aceptando un nuevo tipo de esclavitud igualmente real a pesar de su sutil camuflaje.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Clientelismo electoral

La política ha quedado reducida a una actividad partidista, a un sucio juego de ofertas, a un clientelismo electoralista. No es de extrañar, pues, la indiferencia creciente e incluso el desprecio que los hombres van sintiendo hacia una actividad política concebida en estos términos, ni el surgimiento de movimientos marginales que rechazan violentamente la dorada mediocridad que se les ofrece como señuelo, mientras buscan una motivación. alternativa que justifique la entrega, el esfuerzo, la lucha por. destruir el círculo vicioso a que nos vemos abocados.

Ideas originales y objetivos claros

Falange Española de las JONS (auténtica) tiene un programa político completo y detallado. Tenemos ideas originales y objetivos claros, pero, sobre todo, tenemos una actitud diferente que ofrecer. Decía José Antonio que la política es un imperativo de amor., La frase es lo suficientemente clara y define nuestra principal motivación. Frente al odio, al egoísmo, a la revancha y la explotación, el amor al hombre, al hermano que sufre al lado, al hombre dividido, al hombre esclavizado y sometido a la injusticia en nuestra patria y en cualquier parte del mundo.

No hemos descubierto nada nuevo. Quizá nuestra mayor originalidad ha sido aplicar a la actividad política un mensaje antiguo como nuestra era. Desafiamos la carga de utopía que tienen nuestros planteamientos, pues pensamos también que sólo mediante ellos puede lograrse la única revolución posible: la ética, que, lógicamente, implica también la económica y la política.

Sólo si se logra realizar un cambio tal que haga prevalecer la solidaridad sobre el egoísmo, el ansia de libertad sobre el de seguridad, los valores espirituales del hombre sobre el materialismo, podrá construirse un mundo mejor. Sólo mediante el amor podrá alumbrarse una sociedad más humana.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_