La República Islámica

«( ... ) La formación en Irán de un Gobierno revolucionario paralelo al de Bajtiar, presidido por el "elegido" de Jomeini, Mehdi Bazargan, hacía presagiar justamente lo que ha ocurrido -la guerra aún no ha terminado- en Irán. Entre Jomeini y Bajtiar sólo el Ejército podía evitar una guerra civil a gran escala. No ha sido, sin embargo, capaz de impedir el caos y el río de sangre que ha corrido este fin de semana por las calles de la capital persa. Dividido el Ejército, ha escapado de su control la lucha a muerte entre los "guerrilleros musulmanes" y los últimos reductos de los partidarios del emperador. Y en la refriega ha sido el propio Ejército la primera víctima de esta guerra fraticida.( ... ) Demostrada su capacidad para pasar de la conminación y la amenaza a la realidad de una "guerra santa" en el país, el ayatollah Jomeini se ve de pronto ante el desafio de hacer retornar a la calma a sus incondicionales seguidores, que tanta habilidad han demostrado para el saqueo, la destrucción y la muerte.

En el proceso revolucionario predicado y alentado por Jomeini, hasta ahora sólo ha cubierto la primera etapa, netamente negativa. Si de veras quiere ser consolidado el triunfo definitivo de los republicanos y la instauración de un nuevo régimen político en Irán, la República Islámica que Jomeini preconiza, tiempo tendrá de demostrar la validez de los principios y las tradiciones chiitas sobre las que quiere asentarla. Conseguido su objetivo, desconocemos si las verdaderas intenciones de Jomeini van más lejos.

( ... ) Hoy prácticamente la totalidad de las fuerzas iraníes se han rendido a sus exigencias. Los políticos, los militares y las instituciones han cedido a las exigencias de Jomeini.(...)»

13 febrero