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Elecciones 1979

Tarancón pide a los cristianos el ejercicio responsable del voto

El cardenal Tarancón, presidente de la Conferencia Episcopal, insistió ayer, en una de sus frecuentes Cartas cristianas, en las líneas generales del reciente comunicado de los obispos sobre las elecciones inmediatas. Monseñor Tarancón establece, en su carta cristiana, que «la Iglesia no tiene preferencias políticas y no puede tomar parte en la lucha por el poder, en la que han de medir sus fuerzas los distintos partidos. Pero -añade el presidente de la Conferencia Episcopal- la Iglesia preconiza y defiende unos valores éticos que han de estar en la base de la convivencia social porque son exigidos por la misma naturaleza racional y libre del hombre».

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Los cristianos votantes «son libres de escoger, según sus propias convicciones y gustos, las formas y los medios de actuación política, pero deben empeñarse en salvar esos valores éticos que, siendo de orden natural, están refrendados por el Evangelio».Monseñor Tarancón no menciona cuáles son esos valores, que sí eran precisados en el comunicado de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal. La jerarquía eclesiástica pidió en ese documento que los cristianos analizaran críticamente aquellos partido en cuyos programas se incluyeran propósitos de legalización del aborto, la imposición de la escuela estatal como única y determinadas formulaciones de una ley de divorcio.

Monseñor Tarancón pide a los cristianos que reflexionen en este período electoral. «No podremos participar responsablemente en la estructura futura de nuestro pueblo si no tenemos criterios claros sobre lo que cada partido -y aún cada parlamentario elegido- pueda aportar a ese futuro que todos deseamos más justo, más humano, más en consonancia con nuestras características y que esté asentado sobre la armonía, la comprensión y la paz.»

Los votantes deben exigir, dice monseñor Tarancón, claridad en los programas de los partidos. «Que nos descubran sus objetivos y las razones en que los apoyan. Si los parlamentarios son representantes nuestros y actúan en nuestro nombre y con la autoridad del pueblo, el pueblo puede y debe exigirles que afronten en su propaganda los problemas fundamentales que tiene planteados nuestra sociedad y que nos indiquen los medios que se comprometen a utilizar para resolverlos adecuadamente.»

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