Industria: vuelva usted mañana
He comprado un coche nuevo y tengo que vender el viejo. La operación no pudo ser simultánea por haber extraviado la ficha de características técnicas. Para obtener un duplicado pasé, en los primeros días de septiembre, una inspección en la Delegación Provincial de Industria y se me indicó que podía recoger la ficha veinte días después en las oficinas de Marqués de Urquijo, 47. Allí acudí, y no sólo a los veinte días, sino también al mes, a los dos meses... y a los tres meses. La respuesta era siempre la misma: al estar el coche matriculado en Toledo, se había remitido allí la documentación, donde los retrasos negligentes eran crónicos. A comienzos de diciembre, llamé por teléfono a la Delegación de Industria de Toledo. Su respuesta disentía de la de sus colegas de Madrid; en concreto, me indicó el funcionario que la documentación de mi coche estaba sobre su mesa de trabajo de ese día, que acababa de llegar de Madrid, y que la enviarían inmediatamente a la sección cuarta en Marqués de Urquijo, 47. Días después, volví a llamar y me confirmaron la fecha de salida: 12 de diciembre.Pero en el último mes y medio he llamado por teléfono varias veces y he ido personalmente no menos de cinco. Tiempo perdido. La ficha no está. A falta del «argumento toledano» me remiten a la carretera de Andalucía, donde la respuesta es igualmente negativa. Protesté enérgicamente pero con educación. «Si no está contento -se me dijo- presente una reclamación oficial.» Me incliné por una gestión más directa: carta personal y detallada al delegado de Industria, cuya respuesta sigo esperando. Han pasado cinco meses desde la inspección técnica, dos desde que llamé a Toledo, un mes y veinte días desde que la documentación salió de aquella ciudad, tres semanas desde que envié la carta certificada al delegado.
Hace apenas unos días me ha llegado puntualmente una notificación del Ayuntamiento: amablemente se me recuerda que tengo que pagar el impuesto municipal de circulación por el coche antiguo, correspondiente a 1979. No dudo de que no tardará en llegarme otra similar de Hacienda; incluso es probable que esos temidos ordenadores descubran que tengo dos coches, sumen los caballos fiscales e intenten cobrarme la cantidad correspondiente.
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