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El INI confirma la localización de gas en el sondeo Jaca-1

El Instituto Nacional de Industria (INI) confirmó ayer oficialmente la existencia de gas en la zona oscense de Sabiñánigo, concretamente en el sondeo Jaca-I, iniciado por Eniepsa en enero del pasado año. La importancia del yacimiento hallado no podrá ser conocida, sin embargo, hasta mediados del año 1980, una vez se hayan realizado al menos otros dos sondeos y las correspondientes pruebas de producción que permitan delimitar el volumen del campo de gas existente.

La localización exacta del sondeo Jaca-1 se encuentra junto a Sabiñánigo, a pocos kilómetros de Jaca, en la provincia de Huesca. El pozo ya perforado se encuentra junto al río Gas, afluente del Gállego, a menos de un kilómetro de la citada villa oscense. Los trabajos de sondeo se iniciaron en enero de 1978, detectándose los primeros indicios de existencia de gas hace cinco meses, cuando la perforación había alcanzado los 3.000 metros (véase EL PAIS del 26 de noviembre y 1 de diciembre). Los trabajos efectuados hasta ahora en el Jaca-1 han alcanzado los 5.300 metros. Se ha detectado una capa gasífera de aproximadamente 1.600 metros. La calidad del gas es óptima, ya que se trata de metano puro y seco. No obstante, los técnicos expresan sus reservas ante este dato, por estimar que existe el riesgo de que el gas se haya desplazado hacia un lateral de la bolsa y el resto se encuentre ocupado por agua.Tras alcanzar la profundidad de 5.300 metros, los técnicos que dirigen el sondeo dieron por concluida la perforación, ya que no se hallaron indicios de carbón o petróleo. El miércoles se iniciaron los ensayos de producción para determinar el alcance de las reservas de este primer pozo perforado, cuya duración estimada se calcula en principio en unos cuarenta días. Estas primeras pruebas han confirmado, en cualquier caso, un alto índice de probabilidades de que el pozo sea explotable comercialmente, aunque hasta la conclusión de las pruebas no será posible cuantificar con exactitud el rendimiento de este primer pozo.

Una vez concluidas las pruebas de producción del Jaca- 1, está previsto iniciar el sondeo en el Jaca-2, y posteriormente en el Jaea,-3. Los trabajos en los dos nuevos pozos se estima no podrán aportar los datos definitivos sobre la importancia del campo antes del verano de 1980, según los técnicos del INI y Eniepsa. El campo a explorar tiene una superficie aproximada de ochenta kilómetros cuadrados y está situado en la margen izquierda del río Gállego, junto a la citada localidad de Sabiñánigo y en la comarca denominada del Serrablo. Junto a esta zona existen numerosos permisos otorgados para la exploración de hidrocarburos. La mayor parte de ellos tienen como titulares a las dos empresas estatales de prospección: CAMPSA y Eniepsa, aunque por separado y en algunos caso asociadas a compañías extranjeras.

Los técnicos del INI y Eniepsa se muestran prudentes a la hora de valorar la posible importancia del yacimiento detectado y rechazan cualquiera de las cifras barajadas hasta el momento para cuantificar la cantidad de gas que pueda albergar. «Técnicamente -señalan- resulta de todo punto imposible señalar un nivel de reservas hasta tanto no se realicen todas las pruebas correspondientes a los tres sondeos proyectados.»

Caso de confirmarse la importancia del yacimiento, que hasta el momento no ha podido ser desmentida por las pruebas realizadas, su existencia supondría un importante hallazgo, sobre todo teniendo en cuenta su ubicación geográfica. El proyectado gasoducto Valencia- Barcelona-Bilbao, que en estos momentos realiza Enagás, discurrirá a unos 82 kilómetros del pozo perforado, lo que permitirá efectuar una derivación con un coste muy reducido y aprovechar el proyecto para el transporte del gas, supuesta su rentabilidad comercial. El trazado del gasoducto se encuentra también a dos kilómetros de Escatrón y a 32 kilómetros de Teruel, lo que representa un importante dato indicativo de las posibilidades de desarrollo de la zona.

Otro de los proyectos que contemplaba el trazado del gasoducto era la necesaria provisión de un depósito regulador de gas, que debería ser rellenado por razones estratégico- logísticas y técnicas para el caso de un eventual fallo de suministro. En principio, el gas circulante debería ser exclusivamente aprovisionado en Barcelona, por vía marítima y procedente de Argelia, en la planta que Enagás tiene allí instalada. El proyecto de instalar un depósito regulador contemplaba el aprovechamiento de la estructura salina de Iglesia, con un coste aproximado de 14.000 millones de pesetas. La confirmación del hallazgo de gas en el Jaca-1 permite abrigar fundadas esperanzas de que este proyecto no sea necesario, ya que el campo de Sabiñánigo haría las veces de depósito regulador del gasoducto.

El coste de la exploración puede cifrarse en torno a los 2.100 millones de pesetas, a razón de setecientos millones por cada uno de los pozos proyectados. La dirección y realización del sondeo corre a cargo de técnicos españoles de Eniepsa y el procesamiento de los resultados se realiza conjuntamente en centros especializados de Londres y Houston (Estados Unidos).

Los datos relativos a la evolución de los sondeos han sido mantenidos en el más, estricto secreto durante los últimos meses. La única excepción a este mutismo oficial fueron las declaraciones del director general de Energía en París, en noviembre del pasado año, anunciando la existencia de un importante hallazgo de gas en la zona norte de España. En aquella ocasión y meses posteriores, todas las fuentes oficiales consultadas guardaron absoluta reserva sobre el tema, alegando que los trabajos todavía no habían alcanzado una fase que permitiera hacer pronósticos fiables.

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