Un cometa, posible causa de la mayor explosión ocurrida en la Tierra
El 30 de junio de 1908, en una región remota de Siberia, una gigantesca explosión de origen inexplicable lanzó por los aires todo un bosque de más de veinte kilómetros de diámetro y, según informes de la época, llegó a matar a media docena de campesinos que se encontraban a sesenta kilómetros de distancia.
Durante más de setenta años, científicos de todo el mundo han viajado al lugar de la explosión buscando explicaciones a un hecho que, sin precedentes históricos y sin posibilidad de comparación dentro de los fenómenos naturales o en el campo de la física nuclear, continúa siendo todavía un misterio.Un científico checoslovaco, sin embargo, ha anunciado esta semana al mundo una coherente explicación del origen de esta explosión. Según L. Kreasak, de la Academia eslovaca de Ciencias, en Bratislava, la explosión fue consecuencia de la separación de un «peñasco» de gigantesca proporciones del cometa Encke, que explosionó al contacto con la atmósfera cercana al lugar.
Esta tesis todavía no ha tenido tiempo de ser contrastada en medios científicos mundiales, pero ha recibido ya algunas críticas de aquéllos que defienden explicaciones tan dispares como que el acontecimiento fue una explosión nuclear natural y otras como que fue el fracaso imprevisto de una invasión de la Tierra por naves extraterrestres.
No hay explicación lógica
Una explicación lógica al acontecimiento ha sido imposible hasta la fecha por las dificultades que han existido para llegar hasta el lugar de la explosión. De hecho, los primeros científicos que consiguieron inspeccionar el lugar fueron miembros de la Academia Soviética de Ciencias, que lo hicieron diecinueve años después de la explosión y con el primer objetivo de desmentir los rumores sobre la existencia misma del acontecimiento, que ocupó páginas de diarios y revistas especializadas durante las tres primeras décadas del siglo.El informe de esta primera investigación fue confuso y apenas pudo adelantar una explicación aceptable al acontecimiento. Aportó, sin embargo, las primeras pruebas sobre la explosión y el hecho de que, veinte años después, y pese a sus efectos devastadores, en el lugar había crecido un bosque tan frondoso que ni siquiera varios siglos de naturaleza salvaje en las cercanías habían sido capaces de simular.
En 1975, el profesor Ari Ben-Menahem, del Instituto Weizman de Israel, corroboró la tesis tradicional de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética que, ya en 1967, había concluido que el origen de la explosión fue termonuclear y de efectos muy similares a los producidos por la bomba de hidrógeno. El problema de esta tesis, sin embargo, era que en 1908 no existía ninguna ciencia nuclear conocida en el mundo y aceptar este origen, implicaba que la explosión fue de origen natural o había sido provocada por seres extraterrestres.
Partícula extraña
Un libro de reciente aparición en el mercado de habla inglesa, escrito por una expedición independiente de científicos de varios países europeos, tiende también a defender esta tesis, aunque también se muestra de acuerdo con la posibilidad de que la explosión fue producto directo de la entrada en la atmósfera de una partícula extraña, posiblemente un meteorito, formado a partir de antimateria. Esta primera hipótesis había sido avanzada ya en 1965 por el doctor Willard Libby, premio Nobel de Física.La teoría del «peñasco» de un cometa en contacto con la atmósfera se basa en el hecho demostrado de que 1908 fue el año en que el cometa Encke estaba más cerca de la Tierra. Este cometa, cuya órbita le hace pasar muy cerca de nuestro planeta cada 3,3 millones de años, se encontraba el 30 de junio de aquel año en el purito más cercano a la Tierra y ya provocó, según los diarios de la época, que las noches de junio en el hemisferio norte fueran de tal claridad como los días. Según el científico checoslovaco, el cometa también pudo ser la causa de la explosión.
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