_
_
_
_
El papa en México

Mensaje de Juan Pablo II en Puebla

Los siguientes son los principales párrafos del importante discurso pronunciado por Juan Pablo II en Puebla.«La conferencia que ahora se abre (...) se conecta con aquella, ya lejana, de Río de Janeiro, que tuvo como su fruto más notable el nacimiento del CELAM. Pero se conecta aún más estrechamente con la II Conferencia de Medellín (...)

Deberá, pues, tomar como punto de partida las conclusiones de Medellín, con todo lo que tienen de positivo, pero sin ignorar las incorrectas interpretaciones a veces hechas y que exigen sereno discernimiento, oportuna crítica y claras tomas de posición.»

«... vuestro deber principal es el de ser maestros de la verdad. No de una verdad humana y racional, sino de la verdad que viene de Dios, que trae consigo el principio de la auténtica liberación del hombre: conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» (Jn. 8.32).

«Vigilar por la pureza de la doctrina, base en la edificación de la comunidad cristiana, es, pues, junto con el anuncio del evangelio, el deber primero e insustituible del pastor, del maestro de la fe. Además de la unidad en la caridad, nos urge siempre la unidad. De vosotros, pastores, los fieles de vuestros países esperan y reclaman ante todo una cuidadosa y celosa transmisión de la verdad sobre Jesucristo. Esta se encuentra en el centro de la evangelización y constituye su contenido esencial.»

«Del conocimiento vivo de esta verdad dependerá el vigor de la fe de millones de hombres. Dependerá también el valor de su adhesión a la Iglesia y de su presencia activa de cristianos en el mundo. De este conocimiento derivarán opciones valores, actividades y comportamientos capaces de orientar y definir nuestra vida cristiana y de crear hombres nuevos y luego una humanidad nueva por la conversión de la conciencia individual y social. »

Interpretación arbitraria del Evangelio

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

«Corre hoy por muchas partes el fenómeno de la interpretación arbitraria del Evangelio, resultado de especulaciones teóricas más bien que de auténtica meditación de la palabra de Dios y de un verdadero compromiso evangélico que causan confusión al apartarse de los criterios centrales de la fe de la Iglesia y se cae en la temeridad de comunicarlas, a manera de catequesis, a las comunidades cristianas.»

«En algunos casos o se silencia la divinidad de Cristo o se incurre de hecho en forma de interpretación reñidas con la fe de la Iglesia. Cristo sería solamente un profeta, un anunciador del reino y del amor de Dios, pero no el verdadero hijo de Dios ni sería, por tanto, el centro y el objeto del mismo mensaje evangélico.»

«En otros casos se pretende mostrar a Jesús como comprometido políticamente, como un luchador contra la dominación romana y contra los poderes, e incluso implicado en la lucha de clases. Esta concepción de Cristo como político, revolucionario, como el subversivo de Nazaret, no se compagina con la catequesis de la Iglesia. Confundiendo el pretexto insidioso de los acusadores de Jesús con la actitud de Jesús mismo -bien diferente- se aduce como causa de su muerte el desenlace de un conflicto político y se calla la voluntad de entrega del Señor y aun la conciencia de su misión redentora.»

«Cualquier silencio, olvido, mutilación o inadecuada acentuación de la integridad del misterio de Jesucristo que se aparte de la fe de la Iglesia no puede ser contenido válido de la evangelización.»

«En la amplia documentación con la que habéis preparado esta Conferencia, particularmente en las aportaciones de numerosas Iglesias, se advierte a veces un cierto malestar respecto de la interpretación misma de la naturaleza y misión de la Iglesia. Se alude, por ejemplo, a la separación que algunos establecen entre Iglesia y Reino de Dios. Este, vaciado de su contenido total, es entendido en sentido más bien secularista: al Reino no se llegaría por la fe y la pertenencia a la Iglesia, sino por el mero cambio estructural y el compromiso socio-político. Donde hay un cierto tipo de compromiso y de praxis por la justicia, allí estaría ya presente el Reino. »

« Se genera en algunos casos una actitud de desconfianza hacia la Iglesia institucional u oficial, calificada como alienante, a la que se opondría otra Iglesia popular, que nace del pueblo y se concreta en los pobres. Estas posiciones podrían tener grados diferentes, no siempre fáciles de precisar, de conocidos condicionamientos ideológicos. »

«¿Cómo podría haber una auténtica evangelización si faltase un acatamiento pronto y sincero al sagrado magisterio, con la clara conciencia de que sometiéndose a él el pueblo de Dios no acepta una, palabra de hombres, sino la verdadera palabra de Dios?»

No es el hombre un ser sometido a los procesos económicos o políticos

«Esta verdad completa sobre el ser humano constituye el funda-

(Pasa a página 4)

Mensaje de Juan Pablo II en Puebla

(Viene de página 3)

mento de la enseñanza social de la Iglesia, así como es la base de la verdadera liberación. A la luz de esta verdad, no es el hombre un ser sometido a los procesos económicos o políticos, sino que esos procesos están ordenados al hombre y sometidos a él. »

«De este encuentro de pastores saldrá, sin duda, fortificada esta verdad sobre el hombre que enseña la Iglesia. »

«Esta será, ante todo, unidad entre vosotros mismos, los obispos. »

«Esta unidad episcopal viene no de cálculos y maniobras humanas, sino de lo alto del servicio a un único Señor, de la unidad que resulta de la misión que Cristo nos ha confiado ... »

Debe salvaguardarse la unidad eclesial

Ese don precioso de la unidad eclesial debe ser salvaguardado entre todos los que forman parte del pueblo peregrino de Dios.

«En todos los tiempos ha habido admirables figuras de obispos profundamente empeñados en la promoción y en la valiente defensa de la dignidad humana de aquellos que el Señor les había confiado. Lo han hecho siempre bajo el imperativo de su misión episcopal, porque para ellos la dignidad humana es un valor evangélico que no puede ser despreciado sin grande ofensa al Creador. »

«No ignoro cuántos problemas se plantean hoy, en esta materia en Latinoamérica. Como obispos no podéis desinteresaros de ellos. Se que os proponéis llevar a cabo una serie reflexión sobre las relaciones e implicaciones existentes entre evangelización y promoción humana o liberación, considerando, en campo tan amplio e importante, lo específico de la presencia de la Iglesia.»

«La Iglesia quiere mantenerse libre frente a los opuestos sistemas, para optar sólo por el hombre, cualesquiera sean las miserias o sufrimientos que aflijan al hombre, no a través de la violencia, de los juegos de poder, de los sistemas políticos, sino por medio de la verdad sobre el hombre, camino hacia un futuro mejor.»

«Nace de ahí la constante preocupación de la Iglesia por la delicada cuestión de la propiedad. »

«La Iglesia ve con profundo dolor el aumento masivo, a veces. de violaciones de derechos humanos en muchas partes del mundo... ¿Quién puede negar que hoy día hay personas y poderes civiles que violan impunemente derechos fundamentales de la persona, tales como el derecho a nacer, el derecho a la vida, el derecho a la procreación responsable, al trabajo, a la paz, a la libertad y a la justicia social, el derecho a participar en las decisiones que conciernen al pueblo y a las naciones? ¿Y qué decir cuando nos encontramos ante formas variadas de violencia colectiva, como la discriminación racial de individuos y grupos, la tortura física y psicológica de presos y disidentes políticos?»

«Liberación como superación de las diversas servidumbres e ídolos que el hombre se forja y_como crecimiento del hombre nuevo. Liberación que dentro de la misión propia de la Iglesia no se reduzca a la simple y estrecha dimensión económica, política, social o cultural, que no se sacrifique a las exigencias de una estrategia cualquiera, de una praxis o de un éxito a corto plazo.»

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_