_
_
_
_
Crítica:MUSICA CONTEMPORANEA ESPAÑOLA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Larrauri, de la tradición a la vanguardia

Se podría decir que Antón Larrauri ha realizado, con su música. algo así como un «milagro» estético: el de hacer hablar a la vanguardia con inequívoco acento vasco. Más aún: en derivar su lenguaje de hoy de una sustancia antigua y permanente dominada por factores de orden histórico y folklorístico. Los resurtados no tienen nada de «conciliación», nada de voluntaria alquimia. Nos llegan como emanaciones naturales, como la expresión natural de una forma de ser.Todo ello está claro en las grandes partituras sinfónicas y sinfónico-vocales de Larrauri, tal Espatadanza o el Concierto para piano. Se produce con más definida precisión en esta colección de coros sobre textos, salvo Zan tiretur, de Eusebio Erkiaga (1912), un excelente narrador y poeta en diversos dialectos euskaros, tantas veces premiado por sus versos y sus novelas.

Itzali Eziña («Inextinguible»), Dirdiz («Resplandor»), Orain era beti («Ahora y siempre»), Portu Errola («Molino portu»), todas ellas a seis voces, se completan en el disco lanzado por Columbia, con la ya célebre Zan tiretu («Vena retorcida»), a doce voces mixtas. En unos casos, lo racial parece dominar sobre la personal expresión actual en otros, lo actual subsume la riqueza o antecedente popular. En todos, el gran repertorio vasco queda prolongado en nuestros días gracias a la investigación llevada a cabo por Larrauri en la intrahistoria de la música vasca. Desde el estudio de sus «constantes» de todo orden, el músico renueva la tradición. o sea. adopta la única actitud sensata de respetarla sin hacer de ella objeto de museo, precioso si se quiere, pero museal, al fin.

Yo no sé si Larrauri habría podido alcanzar tales resultados de no haber contado con el instrumento formidable de la Coral San Juan Bautista de Lejona, que dirige José Ignacio Sarriá y enseña en lo vocal Fina Folco.

Estamos ante un coro popular capaz de someterse a la más rígida disciplina para lograr interpretaciones que parecen sólo propias de una formación superprofesionalizada. La reciedumbre de las voces se convierte en algo maleable para afinar al máximo y para exponer con claridad el proceso polifónico. Cuando canta la Coral de Lejona podemos seguir, muy fácilmente, la marcha de las distintas líneas y nos entusiasmamos ante las sonoridades armónicas, propias de un inmenso órgano al que su consistencia humana dota de alma.

Sin el disco que comentamos, cualquier antología de la música vasca que se intente será incompleta. La música de Larrauri y la versión del coro lejonense parecen dar respuesta a la palabra poética de Erkiaga, cuando en Itzali Eziña se pregunta: «¿Qué dicen los rincones? ¿Qué dicen los pueblos? Con habla callada nos hablan con voz suave que es recia, nos hablan siempre ellos.»

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_