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Llamamiento europeo contra los supergeneradores nucleares

Ha sido efectuado un llamamiento desde Ginebra a los representantes políticos de los países de Europa y a todos los candidatos al Parlamento Europeo, a fin de suscitar un amplio debate público, así como promover la consulta a las poblaciones interesadas sobre las posibles soluciones de recambio frente a instalaciones como las del supergenerador Superphenix de Creys-Malville (Francia), y las implicaciones de la sociedad del plutonio.Los intelectuales firmantes del llamamiento, entre los que se cuentan personalidades como Jan Tinbergen, premio Nobel de Economía; Aurelio Peccei, presidente del Club de Roma; Ernst von Weiszácker, presidente de la Universidad alemana de Kassel; Jean-Pierre Vernant, profesor del Colegio de Francia; Darío Villaroel, entre otros, consideran en su llamamiento que han llegado a la conclusión «de que, incluso en el marco lógico de la industria nuclear existente, la construcción del supergenerador Superphenix y de otros que podrían sucederle, comporta, por el hecho del cambio de escala, algunas consecuencias de índole sociopolítica ineludibles, unas de inmediato y otras a plazo medio. A estas consecuencias hay que añadir los riesgos propiamente tecnológicos, cuya amplitud no queda compensada por la improbabilidad estadística de los mismos».

«Todo sucede -prosiguen los firmantes- como si la analogía de un accidente importante pero improbable con ciertos resultados previsibles de un conflicto nuclear tuviera por efecto anestesiar la facultad de previsión de los responsables de la política nuclear en Europa, los cuales se niegan a considerar escenarios que traen consigo la contaminación radiactiva de la cuenca del Ródano. Ahora bien, a la carta abierta dirigida en noviembre de 1976 por unos 1.300 científicos de la región ginebrina a los Gobiernos francés, italiano y alemán, responsables de la construcción del Superphenix y al Gobierno suizo implicado por su proximidad geográfica, no excluye en ningún modo esas perspectivas. Desde el momento en que un peligro tecnológico linda con el desastre ¿no hay que considerar que únicamente el riesgo nulo es aceptable y que son los promotores los que tienen que suministrar la prueba?»

Concluye la citada carta afirmando que «porque estamos convencidos de que los supergeneradores presentan peligros inmensos y de que existen soluciones de recambio en la utilización de tecnologías suaves y porque creemos que, en todo caso, los pueblos de Europa tienen derecho a ser informados, rogamos que usen su influencia para que el Parlamento (Europeo) organice, en colaboración con todas las instituciones interesadas, audiciones públicas, interdisciplinarias y contradictorias sobre la alternativa plutonio-tecnologías suaves, y establezca, en este marco, el balance de los argumentos a favor y en contra del Superphenix y sobre proyectos análogos; que se pida a los pueblos de Europa, así informados, que se pronuncien sobre la alternativa antes mencionada, sobre el Superphenix y sobre proyectos análogos; que, en espera de los resultados de estas consultas, se interrumpan inmediatamente la construcción del Superphenix y la de cualquier otro generador; y que, de ahora en adelante, en el marco de la política científica de su país, se dé prioridad a la investigación y desarrollo de tecnologías suaves».

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