El entierro del Gobernador militar de Madrid se convirtió en una manifestación antidemocrática
El entierro del gobernador militar de Madrid y el funeral celebrado en el patio del Cuartel General del Ejército se transformaron ayer en una manifestación contra el sistema democrático, el Gobierno y altas magistraturas del Estado, en la que participaron algunos jefes y oficiales de las Fuerzas Armadas, así como militantes de extrema derecha. La detención de los supuestos autores del asesinato en las estribaciones de Somosierra por un control policial carece de veracidad. Las siete detenciones efectuadas corresponden a ciudadanos vascos, cuatro de ellos pertenecientes a un conjunto musical. Al cierre de esta edición se descarta su participación en el suceso.
El funeral corpore insepulto por el general Ortín, celebrado en el patio del Cuartel General del Ejército, finalizó con una explosión de gritos de dimisión y mueran los traidores, mezclados con otros de muera la ETA, coreados por una parte importante de los 1.500 jefes, oficiales y suboficiales de los tres Ejércitos, de la Guardia Civil y de la Policía Armada allí presentes.El ministro de Defensa, teniente general Gutiérrez Mellado, que presidió el acto acompañado por el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor y por los jefes de Estado Mayor de los tres Ejércitos, fue abucheado e insultado por varios militares cuando, una vez finalizado el funeral, salía por la puerta sur del patio del Cuartel General del Ejército. Mientras tanto, el féretro fue sacado por algunos militares del furgón donde había sido introducido y conducido a hombros hasta la puerta principal del Cuartel General, en la calle de Alcalá, donde esperaban algunos millares de extremistas de derecha. A partir de ese instante el entierro se convirtió en una manifestación de extrema derecha, que avanzó por la calle de Alcalá hasta llegar al cementerio de la Almudena. El número de militares que acompañaron el féretro a traves de las calles de Madrid, rodeados por la multitud de extrema derecha, se calcula en un centenar.
Hora y media después la detención de siete vascos, uno de los cuales se llama Ignacio Arregui, en un control rutinario del puerto de Somosierra, hizo creer en un principio, y así lo afirmó rotundamente la agencia Efe, que se había dado con los asesinos del general Ortín Gil. Posteriormente, a las 10.30 de la noche, el Ministerio del Interior hizo pública una nota oficiosa en la que se da claramente marcha atrás en la información, en la que se afirma que el tal Múgica Arregui no tiene nada que ver con el antiguo dirigente de ETA político-militar del mismo nombre y se decía que, en tanto se hacía pública una nota oficial, se estaba estudiando la identidad de los detenidos, tres de los cuales fueron trasladados a la DGS madrileña después de haber sido interrogados durante dos horas en un cuartel de la Guardia Civil de Cerezo de Abajo (Segovia). Los detenidos restantes fueron puestos en libertad.
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