Pactos por decreto
«El Gobierno ha echado un vistazo al calendario y otro a la situación y se ha decidido por protagonizar para 1979 la política económica a falta de responsabilidades compartidas en acuerdos con las centrales sindicales y las.organizaciones empresariales. Es posible que Abril Martorell haya pensado, no sin razón, que en una etapa electoral como la que ha de transcurrir de aquí a las municipales podía permitirse el lujo de ser fuerte -moderadamente fuerte- sin graves riesgos adicionales. En la calle no iba a pasar con pactos nada que pueda pasar con decretos-ley y leyes, porque a las fuerzas de izquierda no les interesa deteriorar su imagen cara a la consulta electoral de marzo o abril y porque en la empresa nada se iba a solucionar con acuerdos. ( ... )Para un crecimiento del producto real del 4,8 % se estima que la inflación al finalizar 1979 se situará en torno al 10 % y que los costes salariales por unidad de producto permanecerán por debajo del 12 %. El crecimiento neto de la población activa se cifra en 140.000 personas con creación de 90.000 puestos de trabajo para compensar la reducción de la población activa o agrícola, lo que conduciría a una estabilización del paro para el año próximo.
Para ello, la política de empleo, se mantendrá el actual programa de contratación temporal y empleo juvenil, se regulará, con carácter experimental, un programa de trabajo a tiempo parcial, se financia. con 91.500 millones de pesetas la creación de puestos de trabajo y se desincentivarán las horas extraordinarias. Se estima que la masa salarial deberá crecer en torno al 13 % -con una banda del 11 al 14-, que puede permitir, jugando con la desaparición del IRTP, incrementos que, en algunos estratos laborales, pueden llegar al 19 %, y por último, se adopta un conjunto de medidas presupuestarias, monetarias y de utilización del gasto de la Seguridad Social que constituyen el soporte crediticio y financiero de una acción del sector público que compense la inhibición inversora privada.
Cabe esperar una respuesta positiva, aunque no entusiasta, por parte de las organizaciones empresanales. Pero queda por ver la contestación sindical, en la que sin duda influirá de modo determinante la estrategia electoral ante las municipales. Esta estrategia puede variar sustancialmente en una semana ante un eventual anundio de elecciones generales. En cualquier cas o, todavía la economía está pendiente de la política, porque aunque la economía es política, aquí la política en los dos últimos años ha marginado a la economía. »
27 diciembre
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