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Ciento ocho muertos en accidente aereo en Sicilia

Juan Arias

El DC-9 de la compañía aérea Ahtalia que se precipitó al alba de ayer en el mar, a pocos metros del aeropuerto internacional Punta Raisi, yace todavía dentro del mar con más de ochenta inviertos en sus entrañas. El total de víctimas de esta catástrofe es de 108 muertos. Se han salvado sólo veintiuno de los pasajeros, la mayor parte jóvenes que sabían nadar muy bien. Entre ellos una madre que se llamaba Fortunata y su hija de catorce años.A la hora de despachar esta crónica se habían recuperado sólo veintidós cuerpos. El desastre ha desconcertado porque el tiempo era perfecto. Se trataba de un vuelo extraordinario dada la aflue-ncia de turistas y emigrados que en estos días se dirigían a Sicilia. El avión, llamado Isla de Stromboli, era uno de los 36 birreactores usados normalmente por la compañía ítaliana. Había sido controlado hace dos meses sin que se advirtiera ningún problema técnico y en diez años de tráfico no había tenido ninguna avería.

Al parecer, el avión se estrelló en el agua en el último momento de aterrizaje, ya que los pocos supervivientes recuerdan sólo que estaban ya tomando tierra cuando de repente se vieron dentro del mar. El aparato se rompió en dos pedazos y esto permitió a algunos poder echarse al mar.

En el vuelo no figuraba ningún español, como se había dicho en un principio. Esta es la segunda catástrofe aérea en este aeropuerto. La anterior fue el 5 de mayo de 1972, cuando un DC-8 de Alitalia se es trelló contra las montañas cercanas al aeropuerto, muriendo los 115 pasajeros. Este aeropuerto nació ya con grandes polémicas y se ha considerado siempre como una obra de la «inafia», que insistió para construirlo en aquel lugar pe ligroso por los vientos y por su situción geográfica, para realizar una gran especulación edilicia. El terreno allí valía dos reales, pero construyendo un aeropuerto internacional, los terrenos se reva lorizarían inmediatamente, como sucedió. Esta segunda desgracia pone a la clase política y a las auto ridades de la región frente a una gran responsabilidad.

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