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Reportaje:El fin de la experiencia "Skylab"

Restos de la estación podrían caer sobre la Tierra

La estación espacial Skylab, que permanece en órbita desde 1973, va a ser abandonada a su suerte. Si las cosas suceden como están previstas, ningún resto del Skylab alcanzará la superficie de nuestro planeta. Pero no han faltado las voces que han protestado por el hecho de que los creadores del proyecto no hayan previsto una destrucción más radical de un artefacto de más de veinte toneladas de peso. Informa , en colaboración con el Equipo de Información Científica.

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Un programa abandonado

El «laboratorio del universo», equivalente al término inglés Skylab, ha sido condenado a muerte. Veinte toneladas de materia, constituyentes de una compleja y sofisticada estación de investigaciones astronáuticas, irán perdiendo órbita paulatinamente hasta reingresar en nuestra atmósfera y desintegrarse como un meteorito más... Si todo sucede como está previsto.Sin embargo, expertos de algunos países de las áreas sobre las que se desintegrará el Skylab, cuando se produzca su reingreso atmosférico, han manifestado su protesta ante la Administración norteamericana y la NASA, responsable técnico del proyecto, por no haberse previsto una destrucción más total del gigantesco artefacto, como podría haber sido la provocación teledirigida de una explosión.

De hecho cabe la posibilidad, aunque remota, de que algún trozo del Skylab alcanzase la superficie del planeta. Nuestro mundo está siendo constantemente bombardeado por objetos procedentes de todo el universo. Sólo una parte mínima de ellos alcanza el planeta, gracias a la protección del colchón que supone nuestra atmósfera. En efecto, a diferencia de otros planetas que, ante el bombardeo constante, muestran una superficie llena de cráteres, la Tierra sólo ha recibido el impacto de excepcionales objetos, por su enorme masa o por las condiciones especialísimas de incidencia.

Actualmente existen más de mil satélites en órbita supeditados a una unas previsiones de permanencia inseguras. Esta deficiencia no constituye peligro alguno si se dota a los satélites del material técnico adecuado, ya sea destruyéndolos en propia órbita o reintegrándolos a la Tierra en condiciones de seguridad. Es necesario para que un satélite permanezca en órbita el equilibrio de dos fuerzas: la centrífuga (que es un producto de la masa por la velocidad al cuadrado, inversamente proporcional al radio de la órbita), y el peso del objeto situado en órbita. Este equilibrio se consigue, pues, colocando al satélite a una altura determinada -radio de giro- y dotándole de la velocidad adecuada para que se produzca el equilibrio de fuerzas antes señalado. Si se produce una variación de las magnitudes señaladas, por ejemplo, pérdida de velocidad, el satélite caería en Tierra como va a suceder con el Skylab.

Elevación de temperatura

Los satélites, al entrar en la atmósfera, se desintegran como consecuencia de la elevación de temperatura que produce su roce con la masa atmosférica. Las capas más altas de la atmósfera tienen una densidad casi nula y, por tanto, son las que ofrecen menos resistencia. A medida que los objetos van introduciéndose en capas más bajas el roce es más intenso, lo que ocasiona la referida elevación de temperatura. Es precisamente ese calor lo que pone incandescentes a los objetos hasta su total o casi total desaparición como sólidos.

A veces el proceso no es completo, por lo cual una porción sustantiva del meteorito o antiguo satélite artificial alcanza la superficie. Numerosos cráteres terrestres son atribuibles a ese origen.

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