El Consejo General Vasco quiere negociar con ETA
El Consejo General Vasco (CGV) efectuó ayer en Vitoria un llamamiento a todo el pueblo de Euskadi para que tome parte activa en la pacificación del territorio y pide a las dos ramas de ETA que detengan la lucha armada y acepten negociar con el organismo preautonómico las bases que puedan conducir a la tan anhelada normalización del País Vasco. El CGV pone al pueblo por testigo de sus esfuerzos por solucionar los problemas que afectan a la sociedad vasca y advierte que «corresponderá a quienes contesten negativamente el explicar su rechazo del diálogo con quienes representan a la gran mayoría del pueblo vasco».
En la misma declaración política, presentada por el consejero del Interior, señor Benegas, y aprobada por unanimidad, el CGV enumera las diez condiciones políticas que considera esenciales para la pacificación de Euskadi y anuncia que la mayor parte de ellas, en negociación actualmente, van a ser satisfechas de modo inmediato por el Gobierno en lo que de él dependa».Para el CGV el llamamiento a la pacificación está justificado ahora que se inicia un momento trascendental para el futuro del pueblo vasco, con la posibilidad de conseguir un Estatuto de Autonomía que permita su autogobierno. El órgano preautonómico rechaza la política del todo o nada y considera que su misión es «conseguir para el pueblo vasco cuanto pueda lograrse en cada circunstancia, sin hacer dejación de los derechos que a Euskadi como pueblo le corresponden».
Frente a esta esperanza, y desde esta perspectiva, el CGV reclama el cese de toda violencia. «Nuestra sociedad -dice- está en un grado de desarrollo suficiente como para que toda violencia deba ser considerada no sólo moralmente rechazable, sino también políticamente inaceptable».
La declaración incluye también un balance de los diez primeros meses de existencia del régimen preautonómico, «un balance que no es el que el CGV hubiera querido presentar al pueblo vasco», por las insuficientes competencias logradas en algunos ámbitos y por la inexistencia de grado alguno de autogobierno en otros.
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El Consejo General Vasco cuenta de la buena disposición del Gobierno para con Euskadi
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Considera el CGV que ha cumplido el mandato del pueblo vasco al poner en marcha el mecanismo de elaboración del Estatuto de Autonomía «en el que tantas esperanzas se encierran para Euskadi».
«Nuestro concepto de la autonomía -señala el CGV- es un concepto dinámico y progresivo, es un proceso en la historia a lo largo del cual el pueblo vasco deberá ir recobrando su personalidad política y alcanzando cotas superiores de gobierno autónomo.» El CGV rechaza la política de el todo o el nada por considerar que su misión es conseguir para el pueblo vasco cuanto pueda lograrse en cada circunstancia, «sin hacer dejación de los derechos que a Euskadi como pueblo le corresponden».
Factor preocupante
Frente a la esperanza que supone el Estatuto para la normalización de Euskadi, el CGV considera la violencia como el factor más preocupante para el logro de aquélla. Reclama el organismo preautonómico vasco que las organizaciones que utilizan la violencia en Euskadi pongan fin a los actos violentos y se incorporen a la lucha democrática. Asimismo, insta al Gobierno a que aplique las medidas políticas que el Consejo considera más urgentes en estos momentos (medidas que actualmente se negocian entre el CGV y el Gabinete Suárez).
Estos objetivos políticos inmediatos del CGV son: reparación del Gobierno, mediante declaración oficial, del castigo inflingido a Guipúzcoa y Vizcaya en 1937, al suprimirse el régimen de conciertos económicos que poseían y el restablecimiento de los requisitos forales en el más corto plazo, psomulgación del decreto de bilingüismo, medidas urgentes para la creación de una policía autónoma y posibilidad de que a través de la comisión ad hoc el Consejo pueda plantear al Gobierno cuestiones y problemas relacionados con el orden público y aplicación del decreto-ley antiterrorismo.
Asimismo, se consideran objetivos políticos del CGV la legalización de todos los partidos políticos vascos, adopción de medidas contra el paro, especificación por parte del Gobierno de las cantidades destinadas para la enseñanza del euskera en el año 1979, tramitación urgente del Estatuto de Autonomía vasco, convocatoria urgente de elecciones municipales y aceleración del proceso de transferencias pendientes.
«Hoy -señala el CGV- podemos anunciar que la mayor parte de las medidas anteriores van a ser satisfechas de modo inmediato por el Gobierno en lo que de él dependa.»
Implica el CGV al pueblo vasco en la tarea de la superación de la violencia que hoy registra Euskadi: «Nuestra sociedad vasca está en un suficiente estado de desarrollo como para que toda violencia deba ser considerada, no sólo moralmente rechazable, sino también políticamente inaceptable. Porque implica la introducción de factores de intranquilidad, de angustia, de temor en el cuerpo social, de miedo e inseguridad en los ciudadanos, impropios de una sociedad que pretende ser libre.»
Un reto a ETA
Hace luego el Consejo un llamamiento directo a las dos ramas de ETA (militar y político-militar) para que cese la violencia en el pueblo vasco. «Efectuamos este llamamiento porque no queremos ni más muertos, ni presos en Euskadi. Porque queremos construir el futuro de nuestro pueblo pacífica y democráticamente. Porque tenemos el país en una grave situación económico-social y es preciso sacarlo adelante, entre todos, en un clima de tranquilidad ciudadana. Porque no se puede construir una sociedad libre mientras persista el miedo y la coacción y porque queremos negociar el Estatuto de Autonomía en un clima propicio para conseguir que, a través del mismo, se satisfagan las aspiraciones más enraizadas en nuestro pueblo.»
Muestra el CGV, por primera vez de forma pública, su deseo de entrevistarse con ETA con el fin de analizar con las dos ramas de la organización la situación política, la violencia, orden público y, en definitiva, las bases de normalización de la vida en Euskadi. « Si las entrevistas son aceptadas, el CGV tratará de buscar las vías de diálogo y entendimiento que puedan conducir a la tan anhelada paz vasca. Si, por el contrario, son rechazadas, el pueblo será testigo del esfuerzo realizado por el Consejo en orden a buscar soluciones a los problemas que afectan a nuestra sociedad, y corresponderá a quienes contesten negativamente explicar a nuestro pueblo su rechazo del diálogo con quienes representan a la gran mayoría del pueblo vasco. »
Finalmente, el CGV hace un llamamiento a todos los ciudadanos, a los partidos políticos, centrales sindicales y otros organismos para que organicen actos por la paz «de carácter positivo y no dirigidos contra nadie a lo largo de los meses de diciembre y enero, con el fin de crear el clima propicio para el entendimiento y la concordia entre todos los ciudadanos de Euskadi y los diferentes sectores de nuestro pueblo».
A este respecto, EL PAIS ha podido saber que en las últimas sesiones el CGV ha discutido -y aún no ha aprobado definitivamente- un calendario de actos públicos encaminados a lograr ese clima de pacificación en Euskadi.
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