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Hay buscadores de oro en las cloacas de Madrid

Una veintena de personas recorre a diario las cloacas de Madrid en busca de oro, objetos valiosos, joyas, etcétera, según un reportaje que publica en su último número la revista Sábado Gráfico. Aunque parezca increíble, se lee en el reportaje, estas personas viven, y viven bien, del producto de sus hallazgos.El mayor peligro del subsuelo madrileño son los perros y los gatos, ciegos, salvajes y rabiosos, que viven habitualmente en las alcantarillas. Estas personas disponen de los permisos reglamentarios para efectuar estas búsquedas, y con frecuencia se cruzan en sus itinerarios con patrullas policiales que recorren permanentemente las redes del alcantarillado.

La única obligación de estos curiosos buscadores es entregar a la policía las armas o alijos de drogas que puedan encontrar y que son frecuentes en determinadas épocas.

Su trabajo

Los nuevos buscadores de oro inician su trabajo cuando empieza la noche, ya que a esa hora es más bajo el nivel de las aguas de las alcantarillas. Durante horas y horas, casi hasta el amanecer, recorren kilómetros de galerías en un ambiente absolutamente oscuro, maloliente, peligroso.Tienen sus propios instrumentos de trabajo: la paleta, el azadón, la ligona (una pala), la criba y una lámpara de carburo. «Las ratas no atacan nunca si se las deja tranquilas», dicen.

Su método de trabajo consiste en amontonar barro sobre las cribas, posteriormente la lavan y en la superficie de aquéllas quedan trozos de metal, para luego pasar sobre ellos un imán. Lo que se pega al mismo es metal que no vale nada. «Lo que no se pega es lo que nos interesa: oro o plata. Si aparece algún brillante, mejor.»

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