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Oposición de los partidos no giscardianos

Semifracaso o semivictoria: cada cual califica como le conviene el resultado de la cumbre de anteayer, en Bruselas, que reunió a los jefes de Estado y de Gobierno de los nueve para adoptar el Sistema Monetario Europeo (SME). Pero nadie, en Francia, se da por satisfecho y, los más objetivos, se preguntan si, por ahora, de lo único que cabe hablar es de una «versión mejorada de la antigua serpiente comunitaria».El rechazo de Londres se esperaba, pero el de Italia, como el de Irlanda, ha supuesto una decepción para «los señores Giscard y Schmidt que, seguramente, habían creído demasiado pronto en su prepotencia, sin tener en cuenta el peso de la situación interior en los países citados».

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En el plano político, salvo los giscardianos, fieles incondicionales del presidente de la República, todos los dirigentes de los partidos, empezando por el líder gaullista, Jacques Chirac, han reaccionado negativamente.

Los comunistas han repetido su convicción de que «Francia se somete más aún al marco alemán». El señor Chirac, anteanoche, en su mensaje a los franceses contra la política europea giscardiana, afirmó que el presidente «está preparando el sometimiento económico de nuestro país».

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