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Poncet reafirmará el apoyo de Francia a España en la CEE

«Hacer todo lo posible en favor de la consolidación de la democracia española y, a pesar de los inconvenientes económicos que ello representa para Francia, favorecer también su adhesión a la Comunidad Europea son dos principios oficiales de la política del Gobierno, que se confirman, más aún, con la llegada al Ministerio de Asuntos Exteriores de Franpois Poncet», declararon ayer a EL PAIS medios allegados a ese Ministerio.De una manera global, la diplomacia gala, más que de contenido, cambiará de métodos de elabora ción, lo cual no resta significación al cambio del titular de Exterioros. El general Charles de Gaulle, cuando era presidente de la República, encontró un alter ego en la persona de Maurice Couve de Mourville. Durante diez años, este último ejecutó la diplomacia de la grandeur (Francia en el mundo) definida por el general. Después, Couve de Mourville fue nombrado primer ministro y en aquella época se estimaba que, llegado el mo mento, el general lo propondría al país como su sucesor.

Este precedente se recordaba ayer en París para dimensionar en profundidad el nombramiento de Frangois Poncet, que ayer tomó posesión de su cargo. Pero aún se puede añadir otro elemento para redondear la definición del «Giscard del Ministerio de Exteriores»: Francois Poncet es presidente del Consejo General de Lot et Garonne y fue elegido hace algunos meses en este departamento, que es un coto de la oposición, gracias al apoyo de los radicales de izquierdas.

El mismo Poncet ha dicho que «la socialdemocracia me va bien».

La doble faceta, diplomática y política, de Francois Poncet, da su verdadero sentido a la promoción que acaba de protagonizar. En tanto que político, ya se habló de él para reemplazar al primer ministro Raymond Barre, tras los comicios legislativos de marzo último. En el terreno diplomático, Poncet dijo ayer, al asumir el cargo, que su primer objetivo consistirá en «ser el ministro de los franceses en el extranjero». La multiplicación constante de los intercambios de todo orden con el exterior ha disminuido la labor más característica de la diplomacia gala: configurar la imagen de Francia en el mundo, tarea que se han adjudicado cada uno de los ministerios que nego cian con el exterior. Francois Poncet quiere hacer de su ministerio «el mejor útil diplomático del mundo», renovándolo, dotándolo de más medios y, con ello, revalo rizar su peso en el funcionamiento del Estado.

Este «útil» remozado se aplicará a reactivar las dos componentes de la diplomacia gala: el diálogo con el Tercer Mundo que caracterizó el período de Guiringaud, forzado por la crisis del petróleo y el encarecimiento de las materias primas, y la componente europea. Sobre este último eje de la política internacional giscardiana, los gaullistas han sido los primeros en alertar a la opinión al preguntarse por qué Guiringaud anunció «su dimisión en Bonn, capital europea del atlantismo, y cómo Frangois Poncet va a renegar de sus ideas personales», también en favor del atlantismo.

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