El presidente argelino gravemente enfermo

El presidente Huari Bumedian sigue imposibilitado para ejercer su cargo, después de haber sufrido el viernes pasado una recaída en la enfermedad que padece y que le obliga a someterse a un intenso tratamiento de diálisis (riñón artificial).

La incapacidad física del presidente argelino ha abierto un paréntesis cargado de incertidumbre para Argelia. El vacío de poder creado será cada vez más difícil de prolongar, en opinión de los observadores, sin que se nombre, aunque sea a título temporal, un jefe de Gobierno encargado de dirigir las instituciones de la República. Hasta el sábado la versión oficial de la estancia del presidente argelino en la URSS indicaba únicamente que se trató de una «visita de amistad y trabajo». El regreso a Argel de Bumedian, el martes pasado, fue presentado de forma enigmática por los medios informativos argelinos, que afirmaron no estar interesados por los rumores sobre la enfermedad, atribuyéndolos a una «campaña subversiva».En la tarde del sábado la agencia oficial argelina de prensa emitió un comunicado en el que se reconocía que Bumedian debía mantenerse bajo cuidado médico. Posteriormente se supo que Bumedian sufrió una aguda crisis renal el viernes y tuvo que ser internado en el hospital Mustafá, de Argel. Dos especialistas renales franceses se han incorporado ayer a la comisión médica

Si Argel ha reconocido qué Bumedian necesita atención médica esto hace presagiar instantes difíciles en lo que se refiere a la salud del presidente. En las condiciones de secreto riguroso y desconfianza hacia el extranjero que mantienen los argelinos, es muy difícil apreciar el grado de tensión en los diversos círculos de la sociedad argelina.

Ayer Argel expulsó a Francis Puyalte, corresponsal del diario francés L'Aurore, cuyo periódico ha sido acusado de difundir siempre campañas difamatorias contra Argelia.