Fuerte oposición a las futuras autopistas de Guadalajara y Toledo
La asociación ecologista Aepden convocó ayer a la mayor parte de las asociaciones de vecinos de las zonas afectadas por el proyecto de construcción de las nuevas autopistas II y IV, Guadalajara y Toledo, a fin de darles a conocer sus razonamientos de oposición a éstas.
Aepden basa su opinión en el «deterioro urbano que acarrearían dichas autopistas, potenciadoras de un crecimiento excesivo, generadoras de mayor conflicto en materia de transporte y de un aumento del déficit de equipamiento de las actuales zonas urbanas que comprende, así como de las de futura creación». También aludió a la merma de los espacios rústicos, que serán aprovechados para construcciones inmobiliarias en las márgenes viarias que se pretenden.Las propuestas intentan fundamentalmente «concienciar a la opinión pública de la falacia que supone justificar la necesidad di tales autopistas con la actual aglomeración de las existentes en el eje Noroeste-Sureste». Reivindica, al tiempo, una más racional solución del transporte y una eficaz dotación de equipamientos en los núcleos urbanos de estas áreas.
De la reunión de ayer en la sede de la citada asociación salió el acuerdo de promover una coordinadora de oposición a las nuevas autopistas II y IV y reivindicativa de otras necesidades reales.
Por su parte, la asociación de La Elipa, especialmente afectada por la nueva autopista hacia Guadalajara, ya que pondría en peligro el pinar y el parque actual, aún no terminado, tiene en preparación diversas medidas para evitar la realización de esta obra, que probablemente se integrarán en las que adopte la coordinadora general.
El proyecto de construcción de las autopistas ya mencionadas ha obtenido además la contestación seria del PSOE, que opina que ello no contribuiría a descongestionar el tráfico de estas dos áreas, al tiempo que favorece al transporte privado sobre el transporte público y en autopistas que serían de peaje. La construcción de autopistas de este género, según el PSOE, influye muy negativamente en los asentamientos y dotaciones urbanas de los barrios o pueblos cercanos a las zonas sobre las que se construirían las autopistas.
