La alcaldía de León

Le remito estas breves líneas con el fin exclusivo de aclarar una serie de informaciones generadas desde León en los últimos meses y, en mi criterio, dirigidas a provocar la confusión en la mente del lector y desacreditar mi posición económica, social y política, así como la de la Corporación municipal que presido. Todo ello, utilizando fraudulentamente el noble vehículo que ese diario constituye.En las expresadas informaciones, y en base a la prodigiosa imaginación del autor, se mezclan datos reales con flagrantes falsedades, frases reticentes y alteraciones de hechos que merecen explicación, sin perjuicio de ulterior. depuración judicial, en su caso.

Así, el suelto de 9 de septiembre pasado, Recurso contra una urbanización del alcalde de León y que, según se demuestra por carta adjunta del presidente de la delegación en León del Colegio de Arquitectos, sólo existió en la mente del doloso autor del trabajo periodístico.

Del mismo modo, el artículo de 25 de octubre, remitido por el corresponsal en cuestión, es un conglomerado de ínistifícaciones, falsedades y particulares pergeñados en mi desdoro y descrédito que difícilmente se tiene en pie. Se inventan recursos ante el Tribunal Supremo, tramitaciones, contencioso- administrativos, etcétera. Se me atribuyen en exclusiva condiciones, titularidades, calidades y quehaceres sin ajuste con la realidad. Todo ello con claro ánimo peyorativo, de menosprecio y desmerecedor. En fin, la sarta de despropósitos nacidos de la portentosa capacidad de fabulación del articulista halla su cima en la acuñación, para mi uso personal, de una nueva condición jurídico- administrativa: la de alcalde-promotor.