Alemania y Polonia estudian la prescripción de los crímenes nazis
La segunda visita del ministro federal de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher, a Polonia, iniciada ayer, tiene un objetivo muy particular: establecer un criterio entre Varsovia y Bonn en relación con la prescripción de los crímenes nazis, que, según se prevé, dejarán de investigarse en la RFA el 1 de enero de 1980. Entre hoy y mañana, Genscher repasará también en Varsovia con su colega polaco Emil Wojtaszek los acuerdos firmados en octubre de 1975.
Las relaciones germano-polacas han mejorado sustancialmente desde la ratificación de estos tratados: la RFA se ha convertido en el primer partenaire occidental de Polonia y en el tercero en la lista completa, después de la URSS y de la República Democrática Alemana; en 1977 visitaron Polonia 314.000 alemanes occidentales y la RFA 154.000 polacos, y desde 1976 se han establecido en la RFA un total de 90.000 germano-polacos, por lo que sólo restan otros 35.000 para que se completen las previsiones fijadas en los acuerdos de 1975, cuyo cumplimiento deberá consumarse totalmente en 1980.Sin embargo, queda en pie un obstáculo para la plena reconciliación entre los dos países: los polacos coinciden con la mayor parte de los diputados socialdemócratas de Bonn, y disienten de los liberales y democristianos, en el sentido de que los crímenes nazis, al menos por lo que se refiere a Polonia, no pueden prescribir porque son materia tipificada en el derecho internacional.
Según el presidente de la Comisión para la Investigación de los Crímenes Nazis en Polonia, profesor Czeslaw Pilochowski, los alemanes han iniciado incomprensiblemente tarde el proceso de los responsables de algunos campos de concentración, como el de Maidanek, en el que fueron asesinados 360.000 polacos. Este proceso está aún en curso en la RFA. El profesor Pilochowski lamenta igualmente que los tribunales alemanes hayan desconsiderado el material documental acumulado por los archivadores polacos, en total 130.000 microfilmes y 26.000 protocolos de testigos oculares. Este tema será igualmente materia de conversación entre los ministros de Asuntos Exteriores de Bonn y Varsovia.
Aunque ningún partido político alemán interpreta como «amnistía» la prescripción de los crímenes nazis, para los polacos no puede cerrarse sin más la página de la ocupación alemana de Polonia, que significó cinco anos de terror, con un total de seis millones de muertos (de ellos, dos millones de niños) y 48.600 millones de dólares (al cambio de 1938) en pérdidas materiales.
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