Senado: 226 votos a favor; cinco en contra y ocho abstenciones

El texto de la Constitución, dictaminado en las dos últimas semanas por la Comisión Mixta Congreso-Senado, fue definitivamente aprobado, ayer por la Cámara Alta. Con sólo nueve senadores ausentes, tres de ellos por motivos justificados, se inició, pasadas las diez de la mañana, el Pleno del Senado, que debía cerrar, junto con el celebrado simultáneamente en el Congreso, el debate parlamentario sobre la Constitución, iniciado en agosto de 1977.

A la una de la tarde, después de tres turnos a favor y tres en contra y la intervención de los portavoces de los grupos parlamentarios, se procedió a votar el texto constitucional de forma nominal y pública. El resultado fue de 226 votos a favor, cinco en contra y ocho abstenciones. Nueve senadores estuvieron ausentes, aunque sólo tres justificaron su ausencia. Miguel Unzueta (vasco), Mauricio Serrahima (Entesa dels Catalans) y Ramón Rubial (socialista). Destacó la ausencia de los senadores reales Julián Marías y Torcuato Fernández-Miranda.El resultado afirmativo fue acogido con el aplauso de la inmensa mayoría de los senadores, puestos en pie. Los aplausos fueron intensos,en las filas de UCD y de los socialistas, más templados entre los senadores de Entesa dels Catalans y entre los progresistas y socialistas independientes, protocolarios o apenas esbezados con un leve gesto entre los senadores, reales, y simplemente inexistentes en el grupo de senadores vascos. En la votación este grupo mantuvo una posición mayoritaria a favor de la abstención, aunque los senadores Bandrés y Bajo votaron no. Fidel Carazo, del Grupo Mixto; Lluis María Xirinacs, senador catalán independiente, y el senador real almirante Gamboa también votaron no al texto constitucional. Se abstuvieron los otros dos militares senadores por designación real. Luis Díez-Alegría y Ángel Salas Larrazabal.

Las otras seis abstenciones fueron las de los senadores vascos Manuel de Irujo, Gregorio Monreal, Juan Ignacio Oregui, Juan Ignacio Uría y Federico Zabala, y la del senador de Entesa dels Catalans por Lérida, Rosendo Audet.

Nada más iniciarse el Pleno, el presidente de las Cortes y senador real, Antonio Hernández-Gil, defendió ante la Cámara las líneas fundamentales del dictamen de la Comisión Mixta Congreso-Senado sobre el texto constitucional. La Constitución fue definida por el señor Hernández-Gil como «políticamente tradicional y socialmente progresiva» y señaló que no se trataba de un proyecto nuevo, pues, aunque la Comisión Mixta cambió algunos textos, subsiste su estructura fundamental. Ha habido -dijo- en la Comisión Mixta una posición radical: extremar el diálogo para conseguir el acuerdo básico.

El presidente de las Cortes destacó la cooperación del Rey, el pueblo y el Parlamento en la elaboración de la Constitución, afirmando que ésta «surge del pueblo y es ahora de nuevo entregada al pueblo para que la ratifique en el referéndum constitucional».