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Reportaje:El Ayuntamiento de Madrid, una empresa fuertemente endeudada / 1

La Corporación que salga elegida democráticamente heredará una deuda de 27.000 millones

El actual estado de la deuda municipal, y la posibilidad de que ésta se incremente antes de la celebración de las elecciones municipales, son algunos de los temas que con más interés estudian los candidatos a la alcaldía madrileña. Una carga financiera excesiva que conllevaría la imposibilidad de acceder a ingreso extraordinarios, junto con una insuficiencia de los presupuestos ordinarios del Ayuntamiento y Gerencia Municipal de Urbanismo, serían los principales motivos a la hora de frenar los proyectos de una corporación democráticamente elegida.El Ayuntamiento madrileño tendrá a principios del próximo año una deuda de 27.524.145.135 pesetas, cantidad que podría ver se incrementada en caso de que se materialicen los rumores según los cuales el Gobierno sería favorable a conceder nuevos créditos a los ayuntamientos en concepto de liquidación de deudas, antes de que se produzcan las elecciones municipales.

Arrastrada durante muchos años

Esta deuda ha sido producida, arrastrada e incrementada durante muchos años ante la imposibilidad de algunas corporaciones de hacer frente a diversos presupuestos o abordar proyectos extraordinarios con las fuentes normales de ingreso, consistentes en fiscalidad municipal, subvenciones e ingresos patrimoniales. Ante esta situación las comisiones de Hacienda proponían, y los plenos aceptaban y aceptan, la búsqueda de otros ingresos basados principalmente en la emisión de obligaciones y en la solicitud de créditos al Banco de Crédito Local.

Según el boletín de la deuda municipal, editado este año, la emisión de obligaciones pendientes, llamadas comunmente Villa de Madrid, se remonta a la de 1929. empréstito que fue seguido durante los últimos cincuenta años de diez emisiones más hasta llegar al Villa de Madrid 1978, realizada el pasado mes de junio. Sin contar esta, la cantidad total que quedará por pagar a lo largo de los próximos años (dos de las emisiones terminan en los años 2001 y 2006) se eleva a 4.000 millones de pesetas.

La segunda fuente extraordinaria de ingresos, los créditos del Banco Local, superan esta cantidad, ya que sólo los que se encuentran pendientes desde 1946 a 1976 supondrán una deuda, también a principio del próximo año, de 5.878 millones de pesetas. Estas cantidades se ven incrementadas por los 464 millones de pesetas que se adeudan al Banco de Crédito a la Construcción y los casi diez más que el Banco de Crédito Local dio a cuatro ayuntamientos que posteriormente se anexionaron al Ayuntamiento de Madrid.

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Y sin embargo, la deuda hasta el momento citada no representa el grueso del total. Durante el año 1977, el Ayuntamiento recibió otros cuatro créditos, entre ellos el destinado al plan de urgencia de barriadas y el de liquidación de deudas, que superaron los 10.212 millones de pesetas; posteriormente, en el mes de mayo y julio de este año, se recibió el complemento del presupuesto de liquidación de deudas, que quedaba así cifrado en 7.097 millones, y los cuatrocientos millones que quedaban del presupuesto de semáforos: en total, 2.652 millones más.

En sólo año y medio y bajo la presidencia de los señores Arespacochaga y Alvarez se habían recibido, por tanto, 12.864 millones en concepto de crédito, cantidad que superaba en 4.000 millones el total de los recibidos en treinta años. Esta circunstancia se repetía con la emisión de obligaciones Villa de Madrid 1978, ya que los 4.300 millones de pesetas emitidos suponen una cantidad similar a la que queda por pagar de diez emisiones anteriores realizadas en 44 años.

De todos estos créditos y empréstitos. una parte del plan de barriadas, otra del de semáforos y el Villa de Madrid 1978, no sé encuentran aún gastados por lo que no tienen, hasta el momento, carga financiera.

Medidas especiales para este año

Sin embargo, esto no resuelve la situación económica del Ayuntamiento, que cuando pague todas las cargas deberá apartar cada año más de 3.500 millones, es decir, un 12,5% de su actual presupuesto total para satisfacer las anualidades de créditos y empréstitos. Esta imposibilidad se vio reflejada este año, cuando la Comisión de Hacienda tuvo que buscar, para equilibrar los presupuestos, unas medidas especiales. En primer lugar, se logró que en los presupuestos de este año no quedaran consignadas aquellas plantillas que no estuvieran incorporadas antes de comenzar el año, este paso permitía que en vez de cubrir 20.000 plazas quedaran cubiertas únicamente las 18.000 existentes a primero de enero, con lo que se conseguía una disminución de los gastos de personal. La segunda medida. gracias a un decreto ley por el que el presupuesto extraordinario de inversiones incrementaba el de Gerencia Municipal, permitió hacer frente a una serie de demandas como ensanche, urbanización y adecuación de cementerios, renovación de centros asistenciales, pavimentación, miniparques o dispensarios municipales. El último punto obtenido era la moratoria de la carga financiera de este año de los créditos pendientes con el Banco de Crédito Local y que será distribuida entre 1979 y siguientes, gracias a ello los casi 2.000 millones que tendría que haber pagado el Ayuntamiento pasaban a otras partidas.

Una de las últimas medidas tomadas por el Ayuntamiento ha sido la de hacer variable, por primera vez en cincuenta años, la anualidad que se deberá pagar por el Villa de Madrid 1978. Con esta decisión se logra que en los dos primeros años de carencia se paguen los intereses únicamente, es decir, 494.500.000 pesetas, en tanto que en el tercer año el pago de amortización e intereses hará subir la anualidad a 1.032 millones de pesetas. Este incremento que disminuiría poco a poco a partir del tercer año, sería cargado a las espaldas de un Ayuntamiento que se espera esté más saneado que el actual.

Se espera una subvención para liquidar deudas

En estas circunstancias, agravadas por un déficit de la Empresa Municipal de Transportes de unos 3.000 millones, por una revisión de los precios y las contratas, por las deudas del Ayuntamiento a empresas particulares consecuencia de la lenta y obstaculizada recaudación de impuestos y cuyo valor alcanza, según fuentes financieras municipales, a unos 2.500 millones de pesetas, un crédito de liquidación de deudas, parecido al que se recibió el año pasado, daría un auténtico respiro a la nueva Corporacion.

Según las citadas fuentes financieras, el Ayuntamiento estaría gestionando con la Administración la concesión de una subvención que enjugaría el Estado totalmente, o bien la obtención de un crédito del que el Estado pagaría la carga financiera. La última de las posibilidades sería un crédito normal del Banco de Crédito Local que los futuros ayuntamientos tendrían que pagar con sus respectivos intereses.

En caso de que el Estado decidiera hacer tabla rasa se ha llegado a hablar de que la cantidad de dinero necesaria para cubrir las revisiones y los déficit citados tendría que alcanzar los 12.000 millones de pesetas. Lógicamente esta cantidad sería disminuida en caso de que el Estado sólo pagara la carga financiera de un crédito y resultaría aún más baja en caso de que el Ayuntamiento tuviera que pagar amortización e intereses; todas estas hipótesis, basadas lógicamente en que la Administración decida ayudar a los ayuntamientos necesitados.

«No es que la situación sea buena, pero, desde luego, nuestra carga financiera actuar está a la mitad de camino del 25% del presupuesto, que es lo que se considera como techo. En el momento que tengamos una legislación que de recursos y un presupuesto que está llamado a no ser inferior a los 35.000 millones de pesetas, podríamos bajar esa carga a seiscientos o setecientos millones, que sería una cantidad ideal», manifestó a EL PAÍS Gonzalo Ferre, delegado municipal de Hacienda.

Entre las medidas que se podrían tomar estaría la de conseguir «una mejor estructura de los recursos a los impuestos planteados por los vecinos, de forma que o bien pagaran antes de recurrir o cuando se juzgara el caso y perdieran tuvieran que pagar una cantidad equivalente. Esta modificación de la legislación conseguiría que no se paralizase el aparato administrativo, como ocurre ahora, Ya que es la posibilidad de ingreso y no la necesidad de gasto la que marca el presupuesto; otro punto que habría que lograr sería la refundición de todos los impuestos que se aplican a una persona. Estas medidas para movilizar a la Administración local tendrían que ir acompañadas de la gestión municipal en la contribución urbana y en otros impuestos pero de una forma directa y no como ahora, que él Estado nos da una cantidad que ellos han recaudado, de esa forma, se conseguirían 12.000 millones más de los que ahora ingresamos».

Todas estas medidas, resumidas en la revisión de las actuales ordenanzas y de los impuestos y en la mayor participación en los impresos del Estado, «tienen que llevarse a la práctica hasta que haya una nueva ley de Régimen Local adecuada a las necesidades actuales. Entre tanto. los representantes democráticamente elegidos no se van a conformar con diez céntimos y van a exigir, aparte de que podrán explicar a los vecinos la necesidad de una contraprestación por su parte. Las necesidades urgentes durante este lapsus que no encuentren cobertura en el presupuesto ordinario tendrán que ser atendidas por presupuestos extraordinarios», manifestó el señor Ferre.

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