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Herbert Simon, Nobel de Economía

El profesor norteamericano Herbert A. Simon, de la Universidad Carnegie-Mellon, en Pittsburgh (Pennsylvania), fue galardonado ayer por la Academia de Ciencias sueca con el premio Nobel de Economía de 1978.Simon, de 62 años de edad, obtuvo el galardón, establecido en 1969 por el Banco Central de Suecia, por sus « investigaciones pioneras sobre el proceso de toma de decisiones en las organizaciones económicas». Es el cuarto ciudadano estadounidense que obtiene un premio Nobel este año, cuando quedan por anunciarse todavía la mitad de estos galardones que creara en 1901 el inventor de la dinamita, Alfred Nobel.

Además, Simon es el séptimo norteamericano que gana el premio Nobel de Economía, que también ha sido concedido en ediciones anteriores -muchas de ellas compartidas por dos o más ganadores- por tres ingleses, dos suecos, un soviético, un noruego y un holandés. Este año, Estados Unidos ganó el premio Nobel de Literatura y el de Medicina, compartido este último por un investigador suizo.

Herbert Simon, que nació en Milwaukee (Wisconsin) en 1916, se, doctoró en Ciencias Políticas en la Universidad de Chicago en 1943. Es profesor de la Universidad Carnegie-Mellon desde 1949 y actualmente enseña en este centro cibernética y psicología. Padre de tres hijos, Simon está casado con Dorothea Simon, una investigadora de psicología en la misma Universidad de Pittsburgh.

«Estoy muy complacido y muy asombrado», declaró ayer el profesor Simon cuando supo que había ganado el premio Nobel de Economía. El mismo define así sus investigaciones en el área del llamado «Decisión-making process», por las que obtuvo el galardón: «Mi trabajo intenta tener en cuenta las limitaciones en la capacidad de la gente para enfrentarse con una información incompleta y, en ocasiones, abrumadora».

La Academia de Ciencias sueca señala en el breve texto de anuncio de la concesión del premio que «la economía moderna y la investigación administrativa están ampliamente basadas en las ideas de Simón».

El profesor galardonado explicó ayer que su trabajo es «un intento de modificar la teoría económica clásica, en la que se daba por sentado que los hombres de negocios poseen una información perfecta y que están capacitados para efectuar cualquier tipo de cómputos complicados».

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