Dos policías armados, asesinados ayer cerca de Bilbao
Ninguna persona ajena a los hechos presenció el atentado, si bien un joven que iba en coche al sanatorio pasó por la zona instantes después, todavía a tiempo de ver a un grupo de seis u ocho personas armadas y el jeep materialmente acribillado. Uno de los jóvenes armados disparó contra una de las ruedas del vehículo, con el evidente propósito de evitar que diera parte de lo ocurrido inmediatamente.También una chica que volvía de Santa Marina, después de visitar a un familiar, vio a un joven de jersey rojo con una metralleta en la mano que subía a un coche que partió a continuación. La joven dio la vuelta y regresó al centro médico para dar cuenta de lo ocurrido. No se ha podido determinar con exactitud si ésta fue la primera información del atentado o si el propio policía herido consiguió dar aviso por medio de la radio del jeep, cuyo auricular sí llegó a descolgar.
En cualquier caso, el atentado tuvo lugar en una de las numerosas curvas de esta estrecha carretera que conduce exclusivamente al sanatorio. Los autores, al menos cinco, según la información policial, estaban apostados a ambos lados de la calzada, en una zona poblada de pinos.
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La munición con que se perpetró el atentado suele ser utilizada por ETA
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Lo más probable es que los disparos fuesen efectuados desde tres puntos, ya que el vehículo policial presentaba más de veinte impactos por sus cuatro lados. Por las inmediaciones se encontraron diecinueve casquillos marca Geko del calibre nueve milímetros parabellum -empleado habitualmente por ETA militar-, cinco cartuchos de caza de la casa Truch, Eibarrés, cinco vainas marca FN y otra de la marca TSPO.
Según los datos oficiales, los autores tenían edades comprendidas entre los diecinueve y los veintitrés años, vestían de «sport» y llevaban metralletas, pistolas y escopetas de caza repetidoras. Huyeron en uno o dos vehículos, probablemente robados, en dirección a la carretera de Santo Domingo, por donde en sólo diez minutos podían llegar al centro de Bilbao.
Los dos policías fallecidos consiguieron salir por su propio pie, aunque cayeron, materialmente el uno encima del otro, junto a la puerta derecha. Ambos presentaban pecho y cara totalmente cubiertos por la sangre, debido a los impactos recibidos. Se trata del conductor, Ramón Muino, de treinta años, soltero, natural de Vale ira (Lugo), y del policía armado Elías Garcia González, de veintitrés años, casado y nacido en Puente Roble de Salvatierra (Salamanca).
El herido, José. Benito Diaz, de veintisiete años, natural de Poris de Abón (Tenerife), viajaba en la parte posterior del, vehículo y esto le salvó probablemente la vida. Trasladado urgentemente al Hospital Civil de Bilbao, donde ingresó a las dos y media, fue intervenido quirúrgicamente por espacio de cinco horas, para pasar posteriormente al pabellón de reanimación. Aunque no se facilitó parte médico de su estado, se informó que su estado era de «extrema gravedad».
Poco después de ocurrido el atentado, las dotaciones policiales que inspeccionaban la zona recibieron el aviso de que, al parecer, se habían oído disparos en las cercanías del parque de atracciones, que dista unos dos kilómetros monte a través. Dos microbuses y tres jeeps de la Policía Armada se desplazaron al parque para batir la zona, aunque no se tienen datos de que el resultado fuera positivo. Lo que cabe asegurar es que el parque de atracciones permanecía cerrado ayer tarde.
También, a través de la emisora policial se dio la matrícula de un R12, de color azul oscuro y matrícula de Bilbao, que se encontraba estacionado en la carretera del parque de atracciones y que, en un principio, se pensó que pudiera ser uño de los vehículos utilizados por los autores del atentado, ya que en la parte delantera aparecía un pantalón y una camisa. Esta hipótesis pareció descartarse luego, ya que el vehículo pertenecía a una persona que realizaba footing por los alrededores.
En todas las salidas de Bilbao fueron instalados ayer rigurosos controles. Los policías armados que realizaban el servicio hacían uso de chalecos antibalas.
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