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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Informar sobre la droga

Un fantasma ronda los colegios madrileños: el fantasma de la droga.Es esta una «cuestión que está en controversia entre los doctos, con los cuales no deseo indisponerme, y otros más sabios juzgaran si sería útil que el público fuese más informado a ella», según exponía Descartes en el Discurso del Método.

Amparado por Descartes, a quien aterraba la posibilidad de seguir el camino de Galileo, me atrevo a afirmar:

1. Que la prohibición de la droga estimula su consumo y la hace más atractiva para los jóvenes. Convendría suprimir esta prohibición tan excitante.

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2. Que no conviene exagerar ni mentir sobre los efectos de la droga. Eslóganes simplistas y poco sinceros, como «la droga mata», confunden y crean recelos. La droga mata, y también mata el alcohol y el tabaco, Seamos veraces y limitémonos a explicar cuál puede ser la realidad de los efectos nocivos producidos por el exceso del consumo de droga.

3. Que el mejor camino para luchar contra la droga consiste en enseñar a los jóvenes que en la vida existen estímulos y placeres naturales muy superiores: la amistad, el amor, el erotismo, la belleza de la Naturaleza, el arte, el progreso de la ciencia, la ayuda a los pueblos del Tercer Mundo.

Libertad, veracidad, responsabilidad. He ahí tres eslóganos para oponer al consumo excesivo de droga.

Quizá valga mi experiencia personal. En mi juventud abusaba del alcohol. No existía prohibición, la publicidad me inducía a consumirlo, pero de forma natural mi inteligencia iba comprendiendo que aquella droga podía dañarme.

Cuando dejé. de tener veintitantos años observé que mi cuerpo y mi espíritu resistían peor el alcohol. Y fui dejándolo. Hasta llegara mi actual situación de cuarentón casi abstemio. Porque la intensidad de mi trabajo actual y la necesidad de mantener mi equilibrio, mi sistema psicosomático me han alejado del alcohol. Y me siento mejor y más feliz. Porque uno de los caminos de la felicidad consiste en liberarse uno mismo de la servidumbre de todo tipo de drogas artificiales.

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