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Louis Malle: "El cine necesita apoyarse en la realidad"

Conversación con el director de "Pretty baby"

El cineasta francés Louis Malle no tiene el propósito de «moralizar» con sus películas; prefiere entregar al público un material intranquilizador, poner en imágenes los aspectos contradictorios de un mundo «profundamente ambiguo». «Creo que el cine tiene necesidad de apoyarse en la realidad, una realidad que me preocupe y fije mi curiosidad», declaró ayer a EL PAIS durante su visita a Madrid, que coincide con el estreno de su última película, Pretty baby, presentada a concurso en el pasado festival de Cannes.

Louis Malle (1932) es uno de los realizadores europeos que resultan más familiares para el espectador español. Vinculado al movimiento de la nouvelle vague, las rupturas y los cambios temáticos de su filmografía han llegado con el retraso de las censuras. Casi todas sus obras son conocidas: Ascensor para el cadalso (1958), Les amants (1958), Zazie en el Metro (1960) Vida privada (1962), Fuego fatuo (1963), Viva María (1966), Calcuta (1968), y las más recientes Le souffle au coeur (197 1) y Lacombe Lucien (1974). Comenta que su película Black moon (1975) ha resultado una catástrofe comercial en los pocos países que se ha proyectado. « Es un filme muy personal y difícil, con una historia no lineal, mezcla de sueño y realidad, que desorienta al público. Gustó a los intelectuales, pero comercialmente es un fracaso; ello demuestra que el star system de los directores es muy frágil.»«La nouvelle vague fue un fenómeno de generación. Todos empezamos casi al mismo tiempo, aunque éramos muy distintos. Truffaut, Godart y otros formaban un grupo, a partir de Cahiers du Cinema; yo venía de otro ámbito, pero teníamos en común la pasión por el cine, la idea de que éramos autores. Con esta generación, el cine se convirtió en un arte adulto, queríamos hacer nuestras películas con una técnica, rodaje y presupuestos distintos. Ahora que han pasado los años, pienso que yo formaba parte de este fenómeno, un grupo de cineastas, de la misma generación y personalidades distintas, que se tomaron el cine muy en serio.»

El camino cinematográfico de Louis Malle se aparta del seguido por sus compañeros, de un tono más intelectual y teórico. «En el último año de la escuela de cine me propusieron un trabajo de cámara con Jacques-Yves Cousteau, y durante cuatro años rodamos El mundo del silencio (1956), por lo que pude conocer de cerca todas las técnicas del cine. Después empecé a hacer películas de ficción. Mi acercamiento al cine fue muy teórico al principio, pero ahora mi relación con el cine es como si fuera pintor o músico. Soy menos intelectual, me preocupan los problemas de forma y expresión y, sobre todo, los aspectos que vinculan el cine con los sentidos.».

Los temas tratados en su filmografía (soledad, adulterio, incesto, prostitución) ofrecen la dispersión y curiosidad de un observador atento a los cambios de la sociedad. «Al principio de mi carrera quería investigar distintos sistemas y direcciones, pero en los últimos años mi trabajo ha evolucionado hacia una temática. En varias de mis películas, como La combe Lucien y Pretty baby, los personajes son adolescentes, tratan el paso de la infancia a la edad adulta, las relaciones del adolescente con el mundo adulto. Esta misma idea está presente en ambientes y medios sociales distintos. Otro tema que me interesa es la situación de soledad y marginación. Ahora trabajo para mi próxima película en la adaptación libre de un relato de Josep Conrad, la historia de un personaje solitario en un contexto colonial.»

En la mayor parte de sus películas, Louis Malle ha partido de un texto literario previo; en otras ocasiones han colaborado guionistas en sus historias. «Cuando trabajo sobre obras literarias es porque existen afinidades con unos textos que me apropio. En otras ocasiones, como en Lacombe Lucien y Pretty baby, responde a hechos históricos exactos. Yo sería incapaz de inventar la historia de Pretty baby, que se encuentra en unas narraciones sobre Storyville. En las dos películas, el contexto histórico es preciso. El cine, siendo un arte abierto, necesita apoyarse en la realidad. Cuando la realidad me afecta tengo ya la historia. La prostitución infantil institucionalizada era una realidad preocupante para mí.»

Louis Malle rechaza la intención «moral» de sus obras, «Mi propósito no es moralizar ni cambiar una moral por otra. Prefiero entregar un material preocupante y dejar que el público saque sus propias conclusiones. En este sentido, mi película más eficaz es Lacombe Lucien.»

Sobre su película recién estrenada, Pretty baby, destaca la evocación de una época con sus cambios sociales, en una historia realizada sobre la pantalla convertida en un tapiz, donde se mezclan las relaciones de personajes y emociones.

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