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Alvarez quiere que los nuevos serenos no lleven pistola

El Ministerio del Interior aprobó la nueva Ordenanza de Serenos, redactada por el Ayuntamiento de Madrid hace unos meses, y que estaba pendiente de este trámite administrativo. Sin embargo, aunque el texto parece ser que ha sido aprobado tal cual -es decir, sin que los nuevos Vigilantes nocturnos hayan de portar pistola-, el Ministerio del Interior ha recordado al Ayuntamiento el real decreto de 15 de octubre de 1977, que volvía a crear el Cuerpo de Serenos en las ciudades de más de 100.000 habitantes, según el cual estos funcionarios municipales deben de llevar, para realizar su trabajo, «arma corta».Sin embargo, no parece probable que los nuevos serenos hayan necesariamente de ser portadores de un arma para desempeñar su trabajo, a lo que se han opuesto tanto las organizaciones cívicas como el propio pleno municipal, en la reunión que celebró el pasado 27 de enero. La decisión final, según una posible nueva redacción del artículo sexto, párrafo dos, de la ordenanza, correspondería al Ayuntamiento como tal y, en representación suya, al alcalde.

La reposición del Cuerpo de Serenos parte, tras múltiples protestas por parte de los ayuntamientos afectados tras su disolución protesta encabezada, en el caso de Madrid, por el concejal Antonio Horcajo, de un real decreto del Ministerio del Interior, de fecha 15 de octubre de 1977, publicado en el Boletín Oficial del Estado el día 5 de noviembre del mismo año, según el cual los ayuntamientos disponían de un plazo de tres meses para la redacción de una ordenanza municipal que, después de ser aprobada por el gobernador civil de la provincia, daba potestad al alcalde para el nombramiento, a propuesta de los vecinos de cada zona, de los correspondientes vigilantes nocturnos.

Aparte del tema de si los vigilantes nocturnos de nueva creación debieran ir armados o no -posibilidad que el real decreto citado convertía en obligatoria-, otra de las discusiones que planteó fue quién debería pagar a estos nuevos serenos, ya que, según el decreto, han de ser los vecinos quienes corran con ese gasto. La oposición a este extremo también se hizo patente en el pleno del Ayuntamiento del 27 de enero, y tal oposición fue encabezada, en esta ocasión, por el concejal Julio Llantada, quien alegó que «si ya es difícil poner de acuerdo a los vecinos de una casa para que paguen la reparación de una lámpara, más lo será para que paguen a un sereno».

Con todo, una vez aprobada la ordenanza municipal de los serenos, la aparición de 6.000 nuevos vigilantes nocturnos en Madrid pasa a depender ahora del Ayuntamiento, que es quien ha de realizar la selección del personal.

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