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Leizaola: "No he pensado jamás presidir un nuevo Gobierno vasco"

Se cumplieron ayer 42 años de la creación del primer Gobierno vasco surgido de un estatuto de autonomía. Un 7 de octubre de 1936, en la Casa de Juntas de Guernica, al pie del histórico árbol, se constituía el Gabinete y se elegía a su presidente, José Antonio de Aguirre. Tras la muerte del lendakari, en 1960, Jesús María de Leizaola ocuparía su puesto, manteniendo vivo hasta hoy, junto con representantes del PNV, PSOE, ANV (Acción Nacionalista Vasca) e Izquierda Republicana, el único resto en el exilio de una institución republicana.

«Hoy es un día feliz para mí -declaraba ayer a EL PAIS, desde París, Jesús María de Leizaola-. Me siento feliz de haber cumplido el 42 aniversario del Gobierno vasco, porque es el éxito de la continuidad después de tantas experiencias, inquietudes y desesperanzas. Es el éxito de haber logrado sobrevivir, cumpliendo el mandato que un día nos diera el pueblo vasco.»Después de dieciocho años en la presidencia del Gobierno vasco, Jesús María de Leizaola sigue fiel a lo que él considera «una representatividad transitoria» y sueña, a sus 82 años, con rendir cuentas a un Gobierno vasco en el interior, a un Gobierno nacido de un nuevo estatuto de autonomía.

«Yo no estoy ya para muchos trotes y no he pensado ni por lo más remoto en presidir un nuevo Gobierno en Euskadi. Sólo vivo para traspasar mi mandato a un futuro órgano legal surgido de la autonomía vasca.» Para el lendakari, la redacción urgente de un estatuto de autonomía y la formación de un Gobierno vasco son dos pasos definitivos, fundamentales, para la normalización y pacificación definitiva de Euskadi.

Un Gobierno con los "abertzales"

«Un Gobierno Vasco -añade el lendakari- debe dar salida a las inquietudes de autogobierno del pueblo vasco, tantos años acalladas. Ese Gobierno debe ser abierto en su composición sociológica y geográfica; debe integrar a los cuatro pueblos de Euskadi, tan diversos en sus orígenes, tradiciones y constitución. Debe, incorporar también a todas las fuerzas políticas vascas, sin olvidar a ese sector importante de la izquierda abertzale. Con un Gobierno como el que tuvo Euskadi en 1936, el pueblo vasco viviría en calma y el vasco trabajaría con ímpetu.»Jesús María de Leizaola, como ciudadano de a pie en París, no quiere posicionarse en torno al referéndum constitucional «porque aún soy hombre destacado dentro del PNV y lendakari, y mi opinión podría influir en la militancia del partido». Considera que la Constitución es insuficiente en materia de garantía de los derechos históricos del País Vasco. Sin embargo, dijo que no le resultaba desfavorable.

«Considero, en este sentido, lógica, honesta y valiente la actitud del PNV en el proceso constitucional. Debía agradar a gentes que se sienten inquietas y que ven insuficientemente garantizadas sus aspiraciones nacionales, y sobre todo el PNV ha sido consecuente.»

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