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El bombardeo israelí simbólico, no satisface a los cristianos

Desde hace 48 horas pueden verse desde esta aldea israelí de la alta Galilea, cercana a la frontera con Líbano, las largas columnas de humo negro producidas por los feroces combates en Beirut, donde la artillería siria sigue disparando sin piedad contra los barrios cristianos.Ayer por la mañana, falangistas armados han impedido el paso de trabajadores libaneses a Israel «en solidaridad -dijeron- con nuestros hermanos que están muriendo en Beirut». Ha quedado claro, sin embargo, que la medida representó también un acto de protesta indirecta contra Israel, «el único amigo que tenernos -explican- en un mundo hostil o indiferente, pero qué ahora nos decepciona terriblernente». Los cristianos libaneses del sur no se atreven a decirlo abiertaniente, pero a sus ojos Israel está faltando a sus compromisos. Un camionero israelí nos dijo lo siguiente: «¿Cómo quieren ustedes que Regin cumpla sus compromisos con los cristianos de Beirut cuando él mismo está traicionando sus compromisos con los judíos del norte del Sinaí?»

Ni siquiera el bombardeo naval de Israel en Beirut ha suavizado el resentimiento de los cristianos libaneses, que califican esa acción de extremadamente limitada, e incluso simbólica. En el norte de Israel casi se comparten los reproches hechos al Gobierno de Jerusalén por el líder cristiano moderado, Raymond Edde, quien ha indicado a propósito de la operación naval israelí que «si los judíos hubieran querido ayudar verdaderamente a los cristianos de Beirut hubieran enviado su aviación para silenciar las baterías sirias que noche y día bombardean los barrios cristianos».

¿Por qué Israel no, ha lanzado su fuerza aérea sobre la ciudad? La razón es simple: un raid aéreo, incluso ejecutado sólo por algunos aparatos pero dirigido directamente contra las posiciones sirias, equivaldría a una declaración de guerra a Damasco.

El Gobierno de Begin ha evaluado largamente esa posibilidad, y ni siquiera se ha decidido a la operación «limitada y simbólica» con el corazón ligero. Oficialmente, el ataque tuvo sólo como objetivo las bases palestinas de Beirut, no las posiciones sirias, tal como lo ha reiterado el portavoz del Ejército israelí, aunque se ha dejado a la prensa hablar, como lo ha hecho el diario Haaretz, que los barcos bombardearon objetivos sirios en el oeste de la ciudad.

Nadie sabe lo que reserva el futuro, pero muchos observadores sostienen que si no se logra rápidamente un alto el fuego, la degradación de la situación puede tener consecuencias incalculables. El viceprimer ministro Igal Yadin, encargado hace unos días por Begin de una misión secreta en Washington, dijo ayer que la «resistencia cristiana sería imposib le sin la ayuda de Israel» y que «pese a las dificultades políticas existentes -alusión a las presiones norteamericanas sobre Israel- no toleraremos la liquidación de los cristianos en Líbano. El primer ministro Begin -añadió- ha señalado esto en el pasado muy claramente, y los sirios deben recordarlo».

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