De profesión religioso

Hace algunos días hube de renovar mi DNI, y al constatar mi profesión de ingeniero técnico, el funcionario que me atendía alegó que la profesión era la del anterior DNI -ya caducado-, la de «religioso». Tras exigir -cosa lógica- mi identificación como tal ingeniero, curiosamente no hizo lo mismo respecto a lo que él considerabalque era mi profesión: la de religioso, sino que se limitó a poner la misma que constaba en el anterior documento, con una concesión: añadiendo la de ingeniero. Ahora, pues, ya hay otra profesión nueva: «religioso-ingeniero técnico».Supongo que habrá alguna directriz a este respecto, pero es hora ya de desterrar las concepciones más propias del nacional-catolicismo. El sacerdote o el religioso es un hombre de la calle y no tiene por qué ostentar una situación especial respecto Ilos demás ciudadanos. La vida religiosa, o mejor el ser religioso no es una profesión, sino un estado de vida. Es de agradecer el interés de este funcionario por consignar mi condición de creyente dentro de un grupo religioso, pero a aquellos que lo deseen se les debería dar la oportunidad de diferir en materia religiosa o teológica y respetar su condición profesional por encima de su estado de vida.