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El guarda forestal asesinado en Guipúzcoa no había sido guardia civil

Cinco horas después de fue Ramiro Quintero, guarda forestal adscrito al servicio piscícola de Icona, fuera abatido a tiros en la localidad guipuzcoana de Lizarza, dos jóvenes eran tiroteados por la Guardia Civil cuando huían de un control policial establecido en el barrio de Astigarraga, a cinco kilómetros de San Sebastián. Ayer la comandancia de la Guardia Civil con sede en la capital donostiarra desmintió que el señor Quintero hubiese pertenecido a la institución.

Las fuerzas de la Guardia Civil radicadas en Guipúzcoa, nada más tener conocimiento del asesinato de Ramiro Quintero, montaron puestos de vigilancia en las carreteras de la provincia para tratar de cortar el paso a los miembros del comando que llevaron a cabo la acción armada. A las dos y media de la madrugada, en uno de estos controles establecido en Astigarraga, la Guardia Civil observó que a escasos metros de la señalización que advierte la presencia policial un coche se detenía y sus dos ocupantes se daban a la fuga monte a través. Inmediatamente, tras darles el alto, la Guardia Civil hizo uso de sus armas de fuego, sin que las balas disparadas alcanzaran a ninguno de los dos fugitivos.

Tras este incidente, y sin que por el momento ninguna organización se haya responsabilizado de esta última acción armada llevada a cabo en Euskadi, hoy a las once de la mañana se celebrarán en Lizarza los funerales por el guardia forestal asesinado el lunes a últimas horas de la noche. Finalizada la ceremonia religiosa, el cadáver será trasladado a la localidad tinerfeña de Tacoronte, pueblo natal de la víctima, donde será enterrado.

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