Habrá control de la contaminación en los pueblos madrileños

La red para el control de la contaminación, de manejo manual, que utilizaba el Ayuntamiento de Madrid con anterioridad a la entrada en funcionamiento de la red automática actualmente en servicio podría ser trasladada a varios puntos de la provincia, según informaron a EL PAIS fuentes del Gobierno Civil.La instalación de la que sería la primera red provincial de control de la contaminación atmosférica depende, según las mismas fuentes, de que el Ayuntamiento de Madrid acceda a desprenderse de la red manual que, a pesar de la entrada en funcionamiento de la red automática, continúa siendo utilizada.

Paralelamente, el Gobierno Civil se propone iniciar una revisión de los motores de automóviles que, en una primera fase, alcanzaría a los vehículos con matrículas de Madrid inferiores al 500.000. Tal operación podría comenzar, si se salvan todas las dificultades técnicas, en un plazo de quince a veinte días.

Nueva planta de reciclaje de basura

Hoy por la mañana, el delegado provincial de Medio Ambiente, Carlos Carrasco, acompañado por los alcaldes de Móstoles, Getafe, Alcorcón, Fuenlabrada, Leganés y Parla, visitará una planta de reciclaje de basuras que, en forma experimental, ha sido instalada en la provincia de Soria.Las basuras, una vez sometidas al proceso de esta planta, inventada por un soriano y que está ya en explotación en Francia, se transforman en un combustible de 4.800 calorías por kilogramo, a razón de veinticinco toneladas por cada cien tratadas. El alto índice de carbono fijo que contiene convierte este combustible en ideal para ser Utilizado en altos hornos y en plantas de cemento.

Puede que el mayor interés de una planta de este tipo sea de orden económico, ya que, mientras que la incineración de basuras por los procedimientos convencionales cuesta entre ochocientas y 1.200 pesetas por tonelada, sin que exista la posibilidad de utilización posterior, este nuevo sistema, además de ofrecer, tras el tratamiento de las basuras, un combustible óptimo, reduce los costes hasta las trescientas pesetas por tonelada.