Los senadores reales explican su voto

El apoyo de los senadores de designación real Antonio Pedrol, Carlos Ollero y Luis Sánchez Agesta a la enmienda de los senadores Vascos sobre el reconocimiento constitucional de los derechos históricos forales, de especial influencia en el País Vasco, ha causado sorpresa en ciertos medios y abiertas críticas en otros. EL PAÍS ha suscitado una explicación del voto de los tres citados senadores reales, a la vez que ha indagado cuál puede ser el porvenir definitivo de la enmienda vasca, recabando la opinión de los portavoces de los dos partidos mayoritarios.

CARLOS OLLERO:"Manera eficaz de colaborar a la distensión"

«Quiero, ante todo, dejar bien claro que nada de cuanto pueda responder a su pregúnta debe interpretarse contradictorio con esta primera afirmación: voté libre y conscientemente que sí a los Senadores Vascos, y cuantas veces se repitiera la circunstancia en que lo hice volvería a votar lo mismo.

Dicho esto quiero aclarar que en el contexto de la llamada estructura territorial prevista en el texto de la Constitución, la enmienda vasca no es tan distorsionante como parecen decir ahora muchos que influyeron decisivamente en el proyecto constitucional sobre esa materia.

Para medir el verdadero alcance de la enmienda vasca hay que tener en cuenta no sólo ese contexto constitucional, sino la redacción de los artículos ya aprobados por el Congreso de los Diputados. Más que a una cuestión de fondo, la enmienda vasca se refería a un problema accidental y de procedímiento sobre un fondo que ya nos venía decidido.

En todo caso, la importancia objetiva de un voto parlamentario no sólo está en función del contenido estricto y terminológico de lo que se vota, sino del momento y circunstancias en que se produce el voto y del carácter definitivo y decisorio que este pueda tener.

Por lo que respecta a esto último, no se dilucidaba el texto último e irreversible, sino el de la Comisión Constitucional, que después ha de ser examinado por el Pleno del Senado, por la Comisión Mixta y, con posterioridad, votado por ambas Cámaras.

Es precisamente esto lo que justifica que además del contenido intrínseco del texto que se vota, se ponderen factores que moral política e incluso parlamentaríamente pueden y deben ser tenidos en cuenta.

En el ambiente de la Comisión estaba latente, e incluso expresado por algunos líderes de los partidos políticos, que, al margen del resultado de la votación, se continuaría negociando una fórmula que pudiera obtener la integración de todos los pareceres y conductas.

Todos sabemos que en torno a las sesiones del Senado sobre estos problemas se habían agravado considerablemente las tensiones y que existía un clima emocional un tanto crispado y general.

Si con la aceptación de la enmienda de los Senadores Vascos se calman los animos para esas futuras negociaciones anunciadas, creo -sin que ello implique una censura para nadie- que haber votado la enmienda de los Senadores Vascos es una manera eficaz de colaborar a la distensión y armonía que todos deseamos.

Si a todos se nos impone esa colaboración, tiene aún más fuerza para quienes estamos en el Senado sin representación partidista alguna y con un origen parlamentario que nos obliga especialmente a las actitudes conciliadoras.»

ANTONIO PEDROL:

"Gesto de buena voluntad"

«Creo que quienes hemos votado a favor de la enmienda hemos pretendido realizar, con destino a los territorios forales, un gesto de buena voluntad para confirmar que hay abiertos caminos de diálogo y de comprensión.

La mutación que la enmienda representa, a mi juicio, respecto del texto proveniente del Congreso se centra sustancialmente en una cuestión procedimental. En el nuevo texto el acuerdo se buscará entre las instituciones representativas vascas y el Gobierno. Creo, sin embargo, que no debe olvidarse -como parece que se olvida en algunos comentarios que he leído que los futuros estatutos de autonomía de los territorios forales seguirán el cauce constitucional con el referéndum y el voto de ratificación de las Cortes Generales. El reconocimiento de los derechos históricos, su actualización y la supresión de los efectos de las disposiciones del 25 de octubre de 1839 y de 21 de Julio de 1876 se encuentran ya en el texto de la Constitución proveniente del Congreso.

El problema que tenemos obligación de resolver es demasiado importante para que erijamos ante él murallas de palabras.»

LUIS SANCHEZ-AGESTA:

"La enmienda sólo afecta al procedimiento de negociación"

«La enmienda matizaba el reconocimiento de todos, los derechos históricos del País Vasco, que venía ya recogido en el texto constitucional aprobado por el Congreso. La única diferencia apreciable, entre el texto del Congreso y la enmienda del Grupo de Senadores Vascos, es de procedimiento.

En la enmienda se establece un procedimiento especial, en virtud del cual la necesaria actualización de esos derechos históricos forales, que ya recogía el texto del Congreso, debe realizarse por un acuerdo entre las instituciones representativas vascas y el Gobierno. La vía normal para un estatuto de autonomía es un acuerdo entre una asamblea de diputados y senadores y la Comisión Constitucional del Congreso.

Como es natural, la actualización de ese derecho histórico foral debe realizarse en el cuadro general de la Constitución, puesto que una disposición adicional sólo excluye como excepción aquello a lo que específicamente se refiere. En este caso es el procedimiento de negociación.

Sin duda alguna, la enmienda del Grupo Vasco tiene algún defecto técnico, pero esto no era posible corregirlo en la deliberación de la Comisión Constitucional del Senado, teniendo en cuenta que era una enmienda que había sido presentada de viva voz. Probablemente en el Pleno del Senado habrá que incorporarle algunas modificaciones. Por ejemplo, la enmienda aprobada no prevé solución para el caso de que no haya acuerdo en las negociaciones. También, como es natural, ha influido en mi voto favorable a la enmienda del Grupo de Senadores Vascos el deseo de que el pueblo vasco acepte con plena sinceridad la Constitución.»