Enfrentamientos en las Primeras Jornadas de la Condición Femenina iniciadas ayer
Ayer dieron comienzo en el Palacio de Exposiciones y Congresos, de Madrid, las Primeras Jornadas de la Condición Femenina, organizadas por la subdirección general del mismo nombre, dependiente del Ministerio de Cultura. La polémica que se venía gestando estos días entre los grupos que se oponían a las jornadas por considerarlas un intento de manipular a las mujeres desde la Administración y una maniobra electoralista de UCD -Frente de Liberación de la Mujer, Colectivo Feminista, Centros de Planiticación Familiar de Federico Rubio, Vallecas, Zona Este y Extremadura-Solana, Asociación de Madres Solteras y Seminario Colectivo Feminista- y, por otra parte, la Administración y los grupos que colaboran o dialogan, que es como lo llaman, con ella, estuvo lantente desde antes de inaugurarse las jornadas, en el vestíbulo del Palacio de Congresos, y terminó por la tarde, en la mesa más conflictiva, Mujer y feminismo, con el abandono de la sala por parte de algunos grupos.
Unión de Centro Democrático, a través de la Subdirección General de la Condición Femenina, había hecho mucho hincapié en que a las jornadas se había invitado absolutamente a todos los grupos. Pero, en definitiva, sólo algunos han llegado a participar en su organización. Curiosamente, la inteligencia estratégica del partido del Gobierno ha logrado atraerse al diálogo con la Administración a la izquierda más roja del arco político: Asociación Democrática de la Mujer (ADM, Partido del Trabajo); Unión para la Liberación de la Mujer (ULM, Organización Revolucionaria de Trabajadores), y Movimiento Democrático de Mujeres (MDM, Partido Comunista). Los grupos feministas independientes -calificados por una de las militantes de partido como radicales-, que no fueron invitados a organizar las jornadas y que en algún momento estuvieron a punto de ser invitados, pero a abandonarías, por no llevar tarjeta de invitación y quisieron hacer oír su criterio de que el feminigmo es un partido o un movimiento en sí mismo y que «en el análisis de clase de la sociedad estos partidos se olvidan de analizar las causas de la explotación de las mujeres», por lo que su alternativa no es válida para ellas, según expusieron en un comunicado algunos de los grupos disidentes.Las diatribas sobre quién cortaba el bacalao en las jornadas se despejaron en el acto de la inauguración. En la mesa presidencial se sentaron, aparte del director general de Desarrollo Comunitario y diputado del partido gubernamental, señor García Margallo; la subdírectora general, María del Mar Vanaclocha, que, según publicó ayer EL PAIS, «en un futuro inmediato podría integrarse en UCD»; Mabel Pérez Serrano, asesora técnica de la subdirección y miembro del mismo grupo político, y dos personas más de UCD: el diputado Raimundo Clarr y Carmela García Moreno, secretaria de cultura del partido. De la presencia de estos dos últimos en la presidencia daba cuenta la nota oficial diciendo que eran «coordinadores de sendas mesas».
Antes de iniciarse las jornadas, miembros del Frente de Liberación de la Mujer estuvieron vendiendo pegatinas a favor de los anticonceptivos, el aborto y el piacer sexual de la mujer. Algunos señores, de los pocos que había -casi todos ellos con la juventud superada y con corbata y portafolios-, eran invitados a comprar las pegatinas y reaccionaban de distinta forma: «No, muchas gracias, señorita», «Bueno, se la compro porque me llama la atención», «Pone cosas de las que no hay que asustarse». El director general, señor, García-Margallo, se acercó a las disidentes para inquirir cuál iba a ser el grado de su contestación. «Sabed -dijo- que la oposición puede ser dialogante o muda.» Evidentemente hubo más de lo primero que de lo segundo. Luego el director general comentaría a una periodista: «Hay unas con unas pegatinas que pone aborto que me tienen loco.»
La mesa, mujer y feminismo, que resultó ser la más conflictiva, aprobó pór la mañana dos propuestas de discusión: si existe un feminismo de izquierda y otro de derecha -dicotomía que por la tarde se consideró superada a favor de la de feminismo transformador o no transformador- y en qué medida el movimiento feminista internaliza inconscientemente los valores económicos, sociales y políticos de la sociedad machista, propuesta hecha por algunas disidentes y luego retirada por una de ellas. Es curioso que se superara la dicotomía entre feminismo de derechas y de izquierdas cuando la propia subdirectora general, María del Mar Vanaclocha, había dicho a EL PAIS: «Sí creo que, desde las perspectivas de la sociedad capitalista, la mujer pueda luchar por participar en el sistema productivo. Pero hay que reconocer que planteamientos como los del sistema productivo o la división del trabajo son, en realidad, marxistas.» El planteamiento superador fue obra de un participante que se autocalificó de «independiente que quiere ser feminista» y fue apoyado por las dos personas que estaban en la mesa junto a Mabel Pérez-Serrano, de Condición Femenina: Rosa Pardo (MDM) y Sacramento Martí (ADM).
En definitiva, no se discutieron ni las propuestas presentadas ni ninguna otra. La sesión fue un intercambio de amenazas veladas, acusaciones de manipulación y alusiones personales, ante las que Mabel Pérez-Serrano insistió en que «no consentiré ningún espectáculo. Estoy dispuesta a mantener el orden, y si eso es de derechas, me parece muy bien». Paloma Saavedra, del Colectivo Feminista, dijo a la mesa: «Que vosotras representéis el feminismo es como de broma; hemos trabajado muchos años sin el apoyo de la estructura de los partidos ni del dinero del Estado. Rosa Pardo, del MDM y ponente de la mesa, anunció que su grupo se retiraba de la misma y que deliberaría si tenía sentido seguir, «porque, en definitiva, el feminismo radical intenta enfrentarse con Condición Femenina, es decir, con UCD, y aquí el feminismo radical, hace el juego a la derecha». El Frente de Liberación de la Mujer también salió de la sala; Mabel Palencia, la ginecóloga que está preparando los folletos sobre anticonceptivos que va a lanzar el Ministerio, intervino como independiente y luego reconoció ser de UCD, y a todo esto, la subdirectora general, María del Mar Vanaclocha, que entró en la sala y dijo a la mesa que «quien quiera participar que lo haga en orden, y si no que se vaya», comentaba luego: «Tengo una gran tristeza porque veo que no se puede hablar seriamente de feminismo», y exponía su preocupación porque se hubiera retirado el Movimiento Democrático de Mujeres.
Ante esta situación, el director general de Desarrollo Comunitario pidió entrevistarse con una represerítante de cada uno de los grupos, y la mesa propuso que hubiera un descanso.
Al final, tras una votación para intentar cambiar la composición de la mesa y los temas a debatir, votación que fue ganada por la postura oficial después de que se incorporaran a la sala gran número de partidarias de la misma, según se denunció por parte de la postura contraria, se retiraron con carácter definitivo tres grupos disidentes que denunciaron las jornadas en un comunicado, el Frente de Liberación de la Mujer, el Colectivo Feminista y el Seminario Feminista. Se llegó a hablar de no dejar pasar hoy a nadie que no llevara invitación, aunque, como reconocía Mabel Pérez-Serrano, «eso sería cargarse las jornadas».
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