Plan de austeridad de Hunosa para evitar el aumento de las pérdidas

La dirección de Hunosa, con la finalidad de reducir el déficit de este año, que pudiera alcanzarlos 15.000 millones de pesetas, ha elaborado un plan de emergencia que contempla un aumento paulatino de la producción hasta alcanzar en diciembre los 940 kilos de carbón por hombre y día, además de otras medidas tendentes a conseguir un máximo ahorro, limitando las horas extraordinarias y reduciendo las existencias en talleres y economatos.

El plan prevé el cierre total de compras de cuadros, tuberías y la anulación de la venta de tablas y tela metálica a aquellos trabajadores que las solicitaban para su uso particular.A la vista de los resultados conseguidos hasta ahora, Hunosa necesita ya, fuera de las pérdidas presupuestadas, 2.400 millones de pesetas, que suponen aproximadamente la nómina de dos meses.

Los trabajadores, en contra

Las centrales sindicales con implantación en la minería, Comisiones Obreras y UGT, no se han pronunciado todavía oficialmente sobre la grave situación que atraviesa Hunosa ni sobre el plan de emergencia propuesto por el presidente, Fernández Felgueroso, orientado a reducir las pérdidas, por lo menos, en mil millones de pesetas. José Angel Fernández Villa, consejero personal de Hunosa y miembro del sindicato minero de la UGT, advierte que los mineros no están dispuestos a sacar a flote Hunosa a costa de un mayor y exclusivo esfuerzo de los trabajadores. La baja producción se debe, en opinión del dirigente ugetista, a la ausencia de una organización técnica del trabajo, a una planificación irracional y, también, al absentismo, del que responsabiliza a la Seguridad Social. Otro aspecto a tener en cuenta, en su opinión, está en la defectuosa financiación que nace de una filosofía de un Gobierno de derechas interesado en desprestigiar la empresa pública.Para Víctor Manuel Zapico, miembro del consejo de administración de Hunosa y de la ejecutiva nacional de la minería de Comisiones Obreras, en Hunosa existió siempre una diferencia importante entre la producción programada y la producción real, dato que pone de manifiesto los fallos constantes de los planificadores y de los gestores de la empresa. Este año se calcularon unas pérdidas inferiores a las reales porque fueron tenidos en cuenta erróneamente algunos factores tales como el aumento del precio del carbón térmico. Según las previsiones, el precio del carbón térmico sería incrementado en un 25 % a partir del mes de enero y la subida fue sólo del 20% y a partir de abril. Por otra parte, no se cumplen las proporciones de producción de carbón térmico y siderúrgico previstas, lo que contribuye a aumentar las pérdidas, lo mismo que el incremento de la cotización empresarial a la Seguridad Social, que ha superado las previsiones en un 7%. Otro factor a tener en cuenta para explicar las pérdidas de Hunosa, según el dirigente de Comisiones Obreras, está en unos gastos financieros brutales que ascienden a unos 2.395 millones de pesetas. Justifica la menor producción, no como consecuencia de un menor rendimiento del picador, sino debido a la incidencia del absentismo, del que en su opinión tiene toda la culpa la Seguridad Social y el aumento de los puestos burocráticos en relación a los de arranque de carbón, lo que hace disminuir la productividad. Según Víctor Zapico, en diciembre de 1968 había un 25% de picadores en Hunosa, mientras que en la actualidad solamente representan el 21% de la plantilla, que es de 24.000 trabajadores. Para 1979, sus previsiones son optimistas a partir de una mayor producción de minas a cielo abierto, de un aumento de la mecanización, de un menor índice de puestos burocráticos y de una mejor organización de la empresa.

Ayer se reunió en Oviedo el consejo de administración de Hunosa, en el que el presidente, José Manuel Fernández Felgueroso, informó detalladamente del plan de emergencia tendente a reducir las pérdidas y a aumentar la producción en lo que resta de año.