El PSUC no planteará problemas a Tarradellas por el cese de Pere Comas

El Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC) ha admitido el cese fulminante por parte de Tarradellas de Pere Comas, militante destacado de dicho partido que hasta el pasado sábado desempeñaba el cargo de secretario general técnico del departamento de Sanidad y Asistencia Social del Gobierno catalán. El consejo ejecutivo de la Generalidad se limitó ayer a acordar, con aquiescencia de los comunistas, que en el futuro los consejeros serán informados previamente de todo cese que afecte a su departamento. Es de recordar que el consejero de Sanidad, Ramón Espasa, también del PSUC, se había enterado del cese a través de la correspondiente nota de prensa de la Generalidad.

Durante toda la mañana de ayer estuvo reunido el Consejo de la Generalidad. La reunión proseguirá en la mañana de hoy. Si bien no hubo comunicado oficial, dos de sus miembros informaron detalladamente a EL PAIS del desarrollo de la reunión.El consejero Gutiérrez Díaz, secretario general del PSUC, afirmó en la reunión que en la actual situación política su partido no deseaba crear una crisis de autoridad, pese a considerar que tenía a su favor argumentos jurídicos y políticos. Por su parte, Tarradellas se defendió atacando, lo cual no es una actitud nueva en su persona. El presidente de la Generalidad afirmó que el consejero comunista de Sanidad no le informaba de sus actividades.

Carlos Sentís, de UCD, afirmó que el artículo de Comas que originó su cese era intolerable y que en cualquier país hubiese sucedido lo mismo. Pero, en cambio, se pronunció a favor de que antes de cesar a todo miembro de un departamento de la Generalidad el presidente de la misma debería consultar con el consejero correspondiente, lo cual no se hizo en este caso.

Jordi Pujol también sostuvo que la decisión, de Tarradellas había sido, en su opinión, justa. Afirmó que con el cese se había dado una sensación de autoridad pero que previamente debía haber sido consultado el consejero de Sanidad. Muy diferente fue la postura del socialista Joan Reventós, que afirmó que el reglamento del régimen interior de la Generalidad no permitía el cese unilateral de Comas por parte de Tarradellas. Pidió que constara en acta que el consejo se pronunciaba a favor de que todo cese, a partir de ahora, requerirá que sea previamente informado el consejero del departamento afectado. Así quedó aprobado sin que en ningún momento nadie pusiera en discusión la facultad de Tarradellas para cesar a los altos cargos de los departamentos de la Generalidad. El tema, pues, fue tratado por los consejeros como si fuese una mera cuestión de forma cuando la naturaleza política de la misma es evidente.

Lo sorprendente del caso es que ninguno de los miembros del consejo de la Generalidad defendió la cuestión de fondo que adoraba Pere Comas en su artículo.

Comas acusaba, sin citarlo, a Tarradellas de retardar la desaparición de las diputaciones franquistas, al no ser partidario de su inmediata integración en la Generalidad. La sorpresa reside en que, en privado, varios de los Consejo de la Generalidad defendió la cuestión de fondo que abordaba Pere Comas en su artículo.

Cerrado ya el caso de Pere Comas -todo lo más que cabe esperar es un comunicado de circunstancias del PSUC, que aún no ha dicho esta boca es mía-, el Consejo de la Generalidad se ocupará hoy de aprobar los decretos-marco sobre transferencias de las diputacionesa la Generalidad. También en el redactado de estos decretos los dos consejeros informantes esperan que Tarradellas establezca límitaciones y, en su caso, nuevos retrasos.