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Los sindicatos italianos moderan sus reivindicaciones de cara al otoño

Juan Arias

La política italiana no tiene paz ni siquiera en los calores del verano y se multiplican las entrevistas de los mayores líderes, en anticipación de un otoño político complicado. Primero Berlinguer después Craxi y ayer Luciano Lama, el número uno del sindicalismo italiano y secretario de la gran central comunista, la CGIL. Lama ha sido en estos últimos años casi un profeta del sindicalismo italiano. Últimamente dicen que se «ha convertido», que se ha hecho más prudente. Algunos lo acusan de escuchar demasiado a su partido. Lo cierto es que Lama, desde hace algunos meses está apretando el freno anunciando medidas de tipo conservador que no gustan a la base comunista de origen marxista y que en cambio complace a republicanos, democristianos y liberales.

Los socialistas, por ahora, están a mitad, aunque después de la entrevista de Craxi todo hace suponer que apoyarán la línea «dura» de Lama que está perdiendo parte de la fuerza revolucionaria de los años pasados, cuando sólo su presencia arrastraba un millón de obreros en las plazas.

Cinco propuestas

En esta entrevista Lama continúa la línea de autocrítica del sindicato italiano y propone cinco cosas muy concretas:

1. «Es necesario reglamentar rápidamente las formas de lucha» dice el líder sindical comunista. Recordando la última huelga de estas semanas en los ferrocarriles por parte del sindicato «autónomo» en lucha contra los sindicatos unitarios. Lama propone que para evitar que se llegue a verdaderas leyes que impidan algunos tipos de huelga es urgente que el sindicato cree un «códice de autorreglamentación» de las huelgas.

2. No reducir más el horario de trabajo ya que al parecer, Italia está a la cabeza de Europa. «En este campo se podrá legislar -afirma Lama- sólo con acuerdos internacionales.»

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3. Utilización del «segundo mercado» en la industria. Es el famoso problema del trabajo part time tan criticado siempre por la izquierda, por eso ha impresionado mucho el tono seguro con el cual el sindicalista comunista afirma: «Fue un error del sindicato haber considerado el segundo mercado como un enemigo que combatir y no como una oportunidad de utilizar los procesos controlándolos y defendiendo a los trabajadores.»

4. Nada de aumento de sueldos iguales para todos. Más bien la política actual es de no aumentarlos y en caso de necesidad sólo para algunas profesiones hasta ahora más humilladas.

5. Por lo que se refiere al «clima del otoño», dice Lama que todo dependerá de lo que nos propondrá la ejecutiva y de cómo será el plan trienal. «pero debemos decir sin miedo — añadió el líder comunista que los recursos destinados al consumo individual o familiar no se han traducido nunca en inversiones. Este será el terreno en el que deberemos demostrar si somos o no esa fuerza de cambio de la sociedad». El comentarista de Corriere della Sera responde a Lama que este cambio de sociedad es justo, pero que el sindicato debe decir con mayor claridad en qué dirección se mueve este cambio y «qué sociedad desea realizar».

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