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Científicos norteamericanos comienzan a poder controlar la fusión nuclear

Por primera vez, un equipo de investigadores de la Universidad de Princeton consiguió, hace unas semanas, domesticar el proceso de fusión nuclear en un laboratorio. Este experimento fue definido como «el hecho más importante que ha ocurrido jamás en las investigaciones sobre la fusión nuclear». Los más optimistas ven en él el primer paso para futuros reactores dé fusión. Los progresos anunciados por científicos norteamericanos en sus investigaciones sobre la aplicación pacífica de la fusión nuclear, el proceso utilizado en la bomba de hidrógeno, podrían ofrecer a la Humanidad, en el futuro, una fuente de energía barata y prácticamente inagotable.

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Temperaturas de sesenta millones de grados en un laboratorio

La fusión nuclear consiste, básicamente, en la unión de dos partículas atómicas a alta temperatura. Ello produce el desprendimiento de fabulosas cantidades de energía. Se calcula que el proceso de fusión produce 180 veces más cantidad de energía que la que consume.Para la fusión nuclear se utiliza el hidrógeno pesado, es decir, átomos de hidrógeno con una masa superior a la normal. Los isótopos del hidrógeno más empleados son el deuterio y el tritio. Estos isótopos se encuentran en las aguas de los océanos y son prácticamente inagotables.

Un vaso de agua lleno de hidrógeno pesado produciría la misma cantidad de energía que una tonelada de gasolina, mientras que algo menos de medio kilo de este nuevo combustible produciría energía en la misma cantidad que la obtenida de 5.000 toneladas de carbón.

Sesenta millones de grados

El proceso de fusión atómica se empleó en la bomba de hidrógeno pero hasta ahora no se habían vislumbrado posibilidades reales de su empleo para fines pacíficos. Los reactores atómicos actuales funcionan mediante la fisión nuclear y consumen uranio o plutonio, cuyas reservas en la Tierra son limitadas.

Para que se dé el proceso de fusión nuclear debe existir un plasma de iones de hidrógeno lo suficientemente concentrado para que éstos puedan chocar entre sí y liberar energía. La temperatura a la que tiene lugar esta reacción debe ser, por lo menos, de 44 millones de grados centígrados. Este era uno de los principales problemas que debían enfrentar los científicos: cómo alcanzar tales temperaturas en un laboratorio.

Sin embargo, el equipo de Princenton consiguió desarrollar un aparato con el que se alcanzaron los sesenta millones de grados centígrados, y que podría llegar incluso a los cien millones de grados, posibilitando así la fusión nuclear en el plasma de hidrógeno citado, que debe tener una concentración tal que por cada centímetro cúbico del mismo atraviesen cien billones de iones por segundo.

Rentabilidad económica

El lugar donde se produce la reacción atómica está protegido por una botella magnética, y la temperatura se alcanza mediante la proyección de un rayo de átomos de hidrógeno. Los científicos calculan que en 1982 tendrán terminado un reactor experimental de fusión atómica.

Según explicó uno de los investigadores, el experimento ha demostrado que la fusión controlada es posible. Ahora corresponde a otros especialistas decidir si el proceso es económicamente rentable y si es viable la construcción de reactores de fusión que produzcan energía eléctrica. Se tardaría entre veinte y treinta años en aplicar a la producción de energía el proceso de fusión nuclear.

Aunque en medios oficiales se recibió con mucha cautela el anuncio del experimento y se definió como excesivamente optimista la afirmación de que en treinta años la Humanidad tendrá una fuente de energía inagotable, la opinión pública norteamericana reaccionó muy favorablemente.

Diversos estudios indican que, a mediados de la década de los ochenta o, como muy tarde, en 1990 el mundo occidental sufrirá una crisis energética muy grave. Estados Unidos, que consumía en 1977 la increíble cifra de 8.700.000 barriles de petróleo diarios, continúa incrementando sus importacíones de crudos, pese a todos los avisos y alarmas. No es extraño, pues, que el anuncio de la aparición de una de las llamadas tecnologias del siglo XXI, produzca un gran optimismo entre los habitantes del país del mundo que consume más energía.

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