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Reportaje:

El divorcio ha existido desde siempre entre los gitanos

La mujer gitana debe llegar «moza» al matrimonio. La boda es un cante a la virginidad. Un rito vedado al mundo payo, y el único momento en que la mujer más anciana juega un papel importante. Ella es la encargada de realizar la «boa» o desfloración de la moza con un pañuelo de seda blanco. Una vez que la fiesta ha terminado, la autoridad revierte nuevamente hacia el hombre más viejo. Rafaela dice: El día de la boda.. pues el día de la boda... pues, nos sé cómo explicarte... hombre... te preparas, te arreglas tu ropa, tienes mucha ilusión porque vas vestida de novia, y está todala gente esperándote pa que salgas .. y mucha ilusión por estar mocita y casarte de blanco... mi boda duró cuatro días. De lo del pañuelo... yo esa cosa no la he hecho (Su esposo le recuerda: Tú de eso no sabes ná...).

Para Antonia Leyton, la boda fue más discreta porque se le había muerto un pariente. ¡Ay!, yo te lo voy a desir corasón.. . Mira, mi esposo es familia mía, somos primos, entraba en mi casa como un hermano... él dice que yo me namoré de él... total, que nos enamoramos, nos hablamos dos años y nos casamos. Ay!, mi boda muy grasiosa..., fue común y corriente. Me pusieron mantilla, como una tonta, fuimos a la iglesia, unas copitas... fue una boda buena pero muy tranquila, pero me dijo er cura que había sido la boda más simpática. Hasta bailó er cura con nosotros.Si bien las muchachas más jóvenes mantienen frente a ciertos temas puntos de vista críticos, en el caso de la virginidad las opiniones son unánimes. Aunque para Remedios y Azucena la libertad de que disfrutan las jóvenes payas resultan atractivas, como salir de excursión o ir a bailar, no admiten las relaciones sexuales antes del matrimonio.

El adulterio está mal visto y casi no existe entre la familia gitana. Su práctica puede traer el odio, el rechazo o la expulsión del grupo. Sin embargo, cuando es el hombre gitano quien mantiene relaciones adúlteras con una paya, su legítima esposa lo acepta sólo porque considera que «su hombre» ha humillado a la paya.

El divorcio ha existido desde siempre. Es algo considerado natural cuando un matrimonio no puede convivir. Como dice Remedios, uno no puede llegar y mandarse a cambiar, pero si hay signos que lo justifiquen, es aceptado. La pareja queda en libertad.

El cuerpo para la mujer gitana tiene otro significado que va más allá del mero hecho sexual. Lo que nuestra moralidad califica de falta de pudor al ver a una mujer gitana dando el pecho al niño en lugares públicos, es para ellas totalmente normal, porque la primera función de los senos es la de la alimentación. Y aunque nuestras «puras» mentes no puedan creerlo, la gitana es tremendamente pudorosa. Su misma vestimenta de escote siempre amplio tiene su origen en la India donde, en la antigüedad, usaban corpiños clásicos con los senos al aire para facilitar la toma de leche de los niños.

En la actualidad, la lecha materna sigue siendo el principal alimento de los recién nacidos y se prolonga hasta que el niño lo rechaza, generalmente hacia los dos años. Pudiendo una criar a su hija -dice Antonia- ese cariño... que tú te acuestas con tu hijo en la camita y le das el pecho y ves a tu hijo embobao... eso creo yo que... una le tiene más cariño. Para Manuela, los niños deben ser criados por sus madres.

Esta devoción de la gitana para con sus hijos en su primera edad, no llega a plasmarse en la adolescencia en una relación de confianza con ellos. Las hijas llegan al matrimonio sin saber, al menos por boca de sus madres, en qué consiste el acto sexual. Yo de eso ná... ná de eso... nos dice Rafaela. Las nuevas generaciones, sin embargo, opinan que la educación de los hijos debe ser compartida por ambos padres. Azucena y Remedios coinciden en señalar: Daríamos más libertad a nuestros hijos y nos gustaría que gozaran de mayor independencia.

A pesar de la marginación sufrida por el pueblo gitano, España ha sido considerado como el país que les ha dado una acogida más favorable, ya que tras siglos de represión han logrado obtener una «libertad casi total». Una libertad traducible a cifras: de los 400.000 gitanos que viven en España el 90% son analfabetos y dentro de este porcentaje, la mujer ocupa el 85 %. Más. El 75% continúa viviendo en barracas o chabolas, sumidos en la más profunda miseria.

Una de las razones por las que la mujer gitana muestra un bajo índice de escolarización es la llegada de la primera menstruación. A partir de los trece años -y obligatoriamente si es la mayor- la hija debe permanecer en su casa ayudando a su madre, tanto en la crianza de los hermanos menores, como en las labores de la casa. Rafaela: No, no pude ir a la escuela porque mi madre tenía muchos hijos y tenía que estar ayudándola. Como yo soy la mayor, no tuve la suerte de poder ir al colegio y saber leery escribir como todos mis hermanos... ¡hombre!, claro... eso me hubiera gustado una barbaridad, porque para todo es importanle.

La educación y la vivienda, junto a la igualdad de oportunidades frente al trabajo, son los integrantes de lo que se ha dado en llamar «el problema gitano».

Muchas son las instituciones que han surgido con el fin de canalizar las reivindicaciones de la comunidad gitana. Unos lo entienden como un apostolado, la Acción Social Gitana. Otros, la Unión de Jóvenes Gitanos, piensan que son las instltuciones civiles -a través de una toma de conciencia del propio pueblo gitano y de sus movilizaciones- las que tienen que traer las soluciones. Por el momento, los datos concretos que existen son los entregados por las asistentes sociales de la ASG, que han creado, en colaboración con el Ministerio de Educación, 143 escuelas-pueritt a las que asisten 943 niños gitanos, de un censo de 200.000.

Con respecto a la mujer, según datos recogidos, se considera que las niñas asisten más a la escuela y están más interesadas en el aprendizaje. Si bien esto ocurre a nivel de los pequeños, en los cursos de alfabetización para adultos la presencia de la mujer es casi inexistente.

Una maestra gitana, Adelina Jiménez, sintetiza las contradicciones que, en estos momentos, viven las jóvenes calés: La mujer gitana no posee libertad, estando sujeta a una jumisión que a veces raya en situaciones absurdas, y francamenle creo que estas cualidades son algo extraordinario y que, a veces, esta sumisión y esta humildad, este obedecel a sus mayores, alcanza una belleza ideal.

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