Indecencia
Le Figaro«Nadie pone en duda que los controladores puedan hacer valer una serie de reivindicaciones, tanto en el plano de sus condiciones de trabajo come, en el de los salarlos. Nadie cuestiona tampoco el que su tarea, por el rápido desarrollo de la aviación civil, se esté volviendo especialmente ardua. Pero existen límites que la simple decencia no permite franquear y aquí esto no ha sucedido. A excepción de una declaración del ministro de Transportes, calificando esta huelga de «Inaceptable e injustifícada», los poderes públicos han demostrado en esta ocasión una discreción notable y «notada». La decisión de los controladores no ha sido inopinada. Se conocía desde hacía varias semanas. No se podía ha ber evitado llegar a tener que medir las fuerzas? ¿No era posible ha ber hecho uso de algún tipo de paliativos o, en el peor de los casos, haber previsto en los aeropuertos los sistemas que la situación requería? Es de lamentar que, una vez más, los ustiarlos hayan tenido que ser las víctimas de la irresponsabilidad de unos y de la falta de previsión de otros. 31 julio
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