Mario Soares, destituido
El presidente portugués, general Ramalho Eanes, decidió anoche relevar de su cargo al primer ministro socialista, Mario Soares, tras la crisis de Gobierno provocada el lunes pasado por la retirada del Gobierno de los tres ministros del Centro Democrático Social (CDS).La decisión de Eanes plantea en Portugal una crisis política de consecuencias imprevisibles, que pueden obligar al presidente a convocar elecciones generales anticipadas.
Eanes dio a conocer su propósito después de una serie de consultas con el Consejo de la Revolución, en cuyo seno se ha discutido acaloradamente el problema durante los dos últimos días.
Uno de los temas centrales de las consultas celebradas por el presidente Eanes fue sobre las facultades constitucionales del presidente de la República para cesar al primer ministro. Ante la decisión de Soares de no dimitir y su oposición pública a la convocatoria de unas elecciones, el presidente Eanes también llamó a consulta a la Comisión Constitucional, que rebatió las tesis del Partido Socialista y del propio Soares sobre la invalidez constitucional de su eventual destitución.
El amplio desacuerdo sobre este tema parece también la causa inmediata de la decisión de Soares de negarse a presidir un Gobierno interino de «gestión» encargado de llevar adelante los temas diarios de Gobierno.
El alejamiento de los ministros centristas fue motivado, en buena medida, por las fuertes presiones ejercidas durante las últimas semanas contra el Gobierno socialista por el Partido Social Demócrata (PSD, liberal) de Francisco Sa Carneiro. Aparentemente, el CDS unido a los socialistas por un pacto concluido en enero, estimó que la campaña antigubernamental de los liberales, de creciente resonancia entre la opinión pública nacional e internacional, le privaría en el futuro de la posibilidad de una posición sólida en la oposición.
En algunos medios lisboetas no se descarta la perspectiva de que se instaure, hasta que el confuso panorama se aclare, un régimen «presidencialista».
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Portugal, ante la opción del presidencialismo y las elecciones anticipadas
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El señor Soares aparece, junto con los liberales, como uno de los principales motores de esta crisis. El miércoles pasado, cuando aún la retirada del CSD del Gobierno no se consideraba definitiva el primer ministro indicó por medio de la dirección del partido, que no estaba dispuesto a reanudar «ninguna clase de negociaciones» con el partido del derechista Freitas do Amaral.
«Si el pacto existente no ha podido prosperar -dijo-, menos aún podrá desarrollarse ahora. en plena crisis.»
El rompimiento de ese pacto por parte de Freitas do Amaral tuvo en principio el propósito de presionar a Soares para lograr un cambio sustancial en la política económica y sindical, y satisfacer las demandas, tanto de los organismos crediticios exteriores -especialmente el Fondo Monetario Internacional- como de los sectores empresariales locales.
Los centristas deseaban también una mayor clarificación de Soares en torno del proceso de ingreso de Portugal en la Comunidad Económica Europea (CEE). La derecha del CDS acusa a Soares de «manipular» ése proceso con fines exclusivamente políticos. La cuestión de la reforma agraria y la política de acercamiento de Lisboa a los regímenes socialistas de Angola y Mozambique constituyeron también otros tantos factores de discordia entre los circunstanciales aliados derechistas v socialistas.
El Partido Socialista asumió el poder el 25 de julio de 1976, después de la victoria electoral obtenida el 25 de abril de ese año. Las divisiones internas la grave situación económica del país y la presión liberal obligaron a Soares a establecer una alianza con el Centro Democrático Social (CDS) en enero de este año, con lo cual el PSD emergió como la única gran fuerza organizada de la oposición junto al minoritario Partido Comunista de Alvaro Cunhal (prosoviético).
La derecha democristiana ocupó entonces tres carteras claves en el gabinete. Finanzas, Asuntos Exteriores y Reforma Administrativa es decir, los puntos neurálgicos en los que ha estallado la crisis actual.
De acuerdo con la Constitución es el presidente cuyo mandato dura cinco años el que designa, prácticamente sin más intervención, al primer ministro. La posibilidad «presidencialista» se encuentra, pues perfectamente abierta.
No obstante en el Consejo de la Revolución, máximo órgano de consulta del Estado, hay una fuerte corriente encabezada por el mayor Melo Antunes, partidaria de la convocatoria más o menos inmediata de elecciones generales. Para ello se formaría un nuevo Gobierno de «gestión». presidido supuestamente por el coronel Mario Firmino Miguel, hasta ayer ministro de Defensa que goza de gran prestigio en el Consejo como figura de conciliación entre los oficiales izquierdistas y los «moderados».
Anoche, con el propósito de dificultar cualquier posible «presidencialismo». Soares se ha negado incluso a seguir desempeñando sus funciones de «premier» interino, o al frente de un gabinete de «gestión».
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