La cárcel de Badajoz, destruida por un motín
La cárcel de Badajoz ha resultado prácticamente destruida por un incendio y los destrozos que veintisiete reclusos del centro iniciaron en diversos puntos de la prisión sobre las once de la noche del lunes. A esa hora, veintisiete reclusos de los 95 internados, que habían sido autorizados a presenciar hasta el final la programación de televisión, se negaron a volver a sus celdas. Se iniciaron así unos incidentes que no se resolverían hasta las diez de la mañana de ayer.
Los amotinados comenzaron a arriontonar colchonetas, mantas y otros enseres de la prisión a lo largo de los pasillos en los que se encuentran las celdas y los prendieron fuego. Se originó un incendio que fue traspasándose al resto de las dependencias y se unió al iniciado en el taller, en donde se amontonaban 24.000 kilos de madera para fabricar parquets que los propios reclusos realizan. Aquí el fuego adquirió proporciones gigaritescas debido a la gran cantidad de madera que se encontraba en el interior.Los reclusos que no participaron en el motín huyeron despavoridos de sus celdas hacia los patios, aunque alounos que por algún motivo no pudieron hacerlo permanecieron entre las llamas algunos minutos. Mientras tanto, los amotinados, mediante barras de hierro y otros objetos por el estilo, se dedicaron a destruir todo lo que a su paso hallaban. Al final sólo quedarían intactos el altar de la capilla y las imágenes.
En los primeros momentos era imposible determinar, debido a la confusión, el número de reclusos que pudieran estar aislados en las celdas y se sospechó, al menos, de un caso en el que posiblemente una persona se encontraba encerrada. Así, entre una atmósfera irrespirable y la oscuridad, puesto que el fluido eléctrico quedó interrumpido, funcionarios y algunos reclusos buscaban entre la humareda posibles internos que pudieran permanecer todavía en el interior de las celdas. Hacia las doce de la noche una ambulancia de la Cruz Roja recogió a un recluso, al parecer autolesionado, que fue internado en la residencia sanitaria.
Los amotinados se subieron a los tejados y desde allí comenzaron a arrojar tejas hacia funcionarios de prisión y Policía Armada, que había acudido al centro para tratar de reducir a los reclusos. Mientras tanto, los bomberos, que intervinieron de inmediato, trataban de sofocar, el incendio del interior, lo que consiguieron hacia las dos de la madrugada. No obstante, a esta hora el cuerpo de bomberos manlfestaría que no estaba dispuesto a intervenir debido a las amenazas que en el interior recibían por parte de los reclusos amotinados.
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